Aragón está como nunca, eso nos dicen
Los aragoneses, según parece, estamos como queremos. O no, mejor que queremos. Estamos como nunca. Aunque se ve que no nos hemos dado cuenta. Miren si no lo que decía el pasado lunes, resumiendo su primer año de gobierno, el presidente de la Comunidad, Jorge Azcón: «No existe un precedente de un Ejecutivo que haya conseguido hacer tantas cosas y con tanta trascendencia en tan poco tiempo». Y añadan lo que nos contaba ayer el delegado del Gobierno central en Aragón, Fernando Beltrán, valorando también el primer año del actual gabinete de Pedro Sánchez: «Podemos afirmar que Aragón
cuenta con un respaldo histórico del Gobierno de España: en inversiones, en financiación y en apoyo a los proyectos estratégicos». No me digan que no es para tirar cohetes. Deberíamos estar levitando de mero gusto. Sin dejar de aplaudir con las orejas a quienes con semejante acierto administran nuestros asuntos tanto desde aquí como desde Madrid. Lo que pasa, por supuesto, es que a estos ataques de euforia de los políticos presumiendo de sus muchas y buenas acciones conviene, ya lo sabemos, bajarles unos cuantos grados el entusiasmo. Y estoy seguro de que la mayoría de los ciudadanos lo hacen así y ya descuentan, tanto en el caso del Gobierno autonómico como en del nacional, lo que hay en esas palabras de autobombo y de interesada exageración. Azcón incluso se adornó asegurando que quiere «convertir Aragón en la Virginia del sur de
«A estos ataques de euforia de los políticos presumiendo de sus muchas y buenas acciones conviene rebajarles unos cuantos grados el entusiasmo»
Europa». Una comparación un tanto peligrosa, pues a los veteranos todavía nos resuena en las meninges el alarde de otro presidente de Aragón al que, hace treinta años, le dio por asegurar que Teruel iba a ser como el Kuwait de los petrodólares. En fin, hay cosas que van bien en Aragón, van adelante algunas obras, en general despacio, y se ponen en marcha muchos proyectos. Pero, por poner una pega no muy pequeña, sigue habiendo centros de salud faltos de médicos. Y eso, donde hay centros de salud.