El Gobierno asume su derrota en la reforma de la ley de extranjería
«Suerte con sus socios de Junts», le desea el PP, que se ratifica en su ‘no’ tras afear a la ministra Rego que no asistiera ayer a una videoconferencia
Salvo giro de guion de muy última hora, la reforma de la ley de extranjería que registraron PSOE, Sumar y Coalición Canaria quedará varada hoy en el Congreso. Todo después de que el Gobierno haya sido incapaz de convencer al PP –sobre el que ahora carga las culpas– o a Junts para que votaran a favor, o al menos se abstuvieran, en la toma en consideración de una medida que pretende modificar el artículo 35 del texto actual para convertir en obligatorio el reparto de los menores no acompañados cuando una comunidad autónoma tenga su sistema de acogida saturado.
Los socialistas ya asumieron que solo podrían aprobar la proposición de ley con el apoyo del PP, después de que Junts exigiera sacar a Cataluña fuera de este reparto, algo que Moncloa rechazó de pleno. Ahora ya interiorizan el fracaso de su iniciativa que, pese al escenario adverso, mantendrán viva hasta el último minuto en la posterior fase de enmiendas. A última hora de la tarde de ayer, el PP se reafirmó en su negativa tras censurar que la ministra de Infancia, Sira Rego, delegara «en un secretario de Estado y un jefe de gabinete» una videoconferencia sobre la reforma. «Así las cosas, nuestro voto será ‘no’. Suerte con sus socios de Junts», sentenciaron fuentes populares a este periódico.
Mientras el tiempo se agota y el Congreso se prepara para otra sesión bronca hoy, continúa aflorando la batalla por el relato.
«Aquí no caben cálculos políticos, estratégicos o partidarios. Se van a retratar», señalaba ayer en rueda de prensa el portavoz del grupo parlamentario socialista,_Patxi López. «Si se oponen van a estar en el lado malo de la historia. Estas son las tesis de la extrema derecha, no las del PP. Esto es una razón de humanidad», insistió la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Acusaciones en las que no entró el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que sigue señalando al Gobierno como el responsable de que la reforma no prospere. «Sánchez debe hacer cesiones, como hace con sus socios parlamentarios, si quiere nuestro apoyo», incidió ante el comité de dirección de su partido, tras afear a Moncloa «improvisación», en esta cuestión «tras seis años de gobierno».
«Solidaridad y seguridad»
El presidente de los populares sí abundó en un discurso que pone límites a la inmigración y que, a ojos del PSOE, le emparenta «con Vox». Feijóo defendió de nuevo la solidaridad de su partido con
las personas «que llegan a España jugándose la vida», pero hizo hincapié también en la seguridad. «Solidaridad sí, pero seguridad también los españoles tienen derecho a salir tranquilos a la calle», zanjó.
En Génova creen que los intentos de las fuerzas del Gobierno por relacionarlos con Vox en materia migratoria responden a la ruptura hace dos semanas de los gobiernos que ambas formaciones compartían en cinco comunidades. «Por supuesto que somos lo que está entre Vox y el PSOE. Ni los planteamientos alarmistas de los primeros ni la despreocupación irresponsable de los segundos», señalan fuentes de la dirección.
Y en Canarias, donde se afronta de primera mano el colapso, su presidente, Fernando Clavijo – cuyo partido, Coalición Canaria, gobierna gracias al apoyo del PP– , pidió ayer expresamente que «nadie se oponga a la admisión a trámite de la reforma». Y que, en todo caso, «planteen sus reivindicaciones en la fase de enmiendas».