Gobernar con populistas
En 2011 eran tiempos complicados para los españoles pero excelentes para los vendedores de humo. El 15 de mayo, en la Puerta del Sol, muchos lanzaban consignas contra todo lo que para ellos representaba el mal: bancos, la casta política, el bipartidismo… Un grupo de populistas radicales supo aprovechar el río revuelto y en 2014 Podemos irrumpió en las elecciones europeas. Creyéndose en posesión de la única verdad, acosaban a políticos de otros signos. A esto lo llamaban ‘jarabe democrático’. Ciudadanos, por razones diferentes, siguió un camino similar de crecimiento. Llegaban para limpiarlo todo y muchos depositaron su confianza en ellos. Y cuando en un extremo surge un partido, en el contrario surge su contrapeso. Vox nació para contrarrestar el auge de Podemos. Pero entonces les tocó gobernar. ¿Y qué pasó? Todo aquello que prometió Podemos para acabar con la ‘casta’ duró hasta que fueron parte de ella. Colocaron a todos los que pudieron. Los escraches pasaron a ser denunciados como inadmisibles y, por supuesto, lo de vivir en Vallecas dejó de ser tan ideal... Ciudadanos pasó a gobernar, en su caso en autonomías y ayuntamientos, con un resultado similar. Su mayor error fue querer dar el ‘sorpasso’ al PP. Y ahora Vox, con su gran líder Abascal, ha decidido que no es admisible acoger a 300 inmigrantes más y ha roto sus pactos de gobierno para, posiblemente, ir pasando a la irrelevancia política. Todos los que en algún momento hemos tenido esa responsabilidad sabemos que gobernar no es cosa de grandes discursos; es bajar al barro, vivir la realidad, dejar de lado tus apetitos para resolver la situación que te encuentras. Y cuando la realidad aparece, los populistas desaparecen. Menos Sánchez. En estos momentos en los que los pactos parecen imprescindibles para gobernar, hay que tener mucho cuidado con quién compartes el viaje...
Ángel Maté Arpa PORTAVOZ MUNICIPAL CENTRADOS EN CUARTE. CUARTE DE HUERVA