Pedro Sánchez y la ejemplaridad pública
El caso Begoña Gómez involucra ya judicialmente al presidente del Gobierno. El juez Peinado se desplazará a la Moncloa el próximo martes para tomarle declaración como testigo por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios por los que se investiga a su esposa. Después de que Begoña Gómez se acogiese a su derecho a no declarar, el magistrado ha acordado interrogar al propio Pedro Sánchez. Lo cierto es que el juez está obligado a investigar los hechos denunciados. Eso no exime al jefe del Ejecutivo de dar explicaciones en sede parlamentaria porque los ciudadanos también merecen una aclaración en clave política
El empresario aragonés Carlos Barrabés, pieza fundamental en las investigaciones sobre Begoña Gómez, afirmó ante el juez que fue recibido en dos ocasiones por Sánchez en la Moncloa a petición de su esposa. Son hechos que exigen una aclaración detallada por parte del presidente porque revelan un posible conflicto de intereses que, tenga o no repercusión penal, sí que mina peligrosamente la confianza que los ciudadanos tienen en las instituciones. Declarar en calidad de testigo implica la obligación de decir la verdad, pero Sánchez tiene la opción de acogerse al derecho a guardar silencio al tratarse de una investigación sobre su mujer. No obstante, el proceso penal es diferente al político, y en este plano la obligatoriedad de rendir cuentas es ineludible. Cuando, en julio de 2017, el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy declaró como testigo en el juicio de la Gürtel por la ‘caja b’ del PP, Pedro Sánchez le exigió la dimisión inmediata. Hoy, aquellas palabras le interpelan a él: «La ejemplaridad pública es innegociable para todos los españoles».