Heraldo de Aragón

La factura millonaria del incendio de Ateca sigue creciendo y la jueza todavía recibe peritajes de daños

Una asegurador­a ha pagado más de 750.000 euros a una cooperativ­a afectada y ahora los reclama por vía judicial a quien sea declarado culpable de lo sucedido

- M. A. COLOMA

ZARAGOZA. Dos años después de que las llamas arrasaran más de 14.000 hectáreas de monte y cultivos, la factura del gran incendio forestal de Ateca sigue creciendo. Los vecinos de los once municipios zaragozano­s afectados por el fuego aseguran que no hay dinero que permita reparar el daño causado por esta enorme tragedia medioambie­ntal. Sin embargo, alguien tendrá que correr con los gastos. Y por el gran número de damnificad­os y el elevado importe de algunas reclamacio­nes, se presume que la cuantía será millonaria. Como ejemplo, los más de 750.000 euros que una asegurador­a ha tenido que pagar a una cooperativ­a cuyas instalacio­nes fueron pasto de las llamas, suma que ahora la compañía acaba de reclamar por la vía judicial a quien sea declarado culpable de lo sucedido.

El informe pericial remitido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucció­n número 2 de Calatayud recuerda que la cooperativ­a de transforma­ción agrícola Manubles 9612 estaba ubicada en el término municipal de Moros, en la Comunidad de Calatayud. El rápido avance del fuego hizo imposible salvar una nave de 1.200 metros cuadrados que contaba con cinco cámaras frigorífic­as para almacenar más de mil toneladas de fruta. De ahí que la indemnizac­ión sea tan elevada.

Pero la cooperativ­a de Moros es solo una en la larga lista de damnificad­os por el incendio forestal de Ateca, uno de los tres más devastador­es que se recuerdan en Aragón, junto al de 1994 en el Maestrazgo de Teruel (18.000 hectáreas) y el de Luna en 2015 (14.000 hectáreas). El Gobierno aragonés recibió 76 solicitude­s de ayudas por parte de agricultor­es y ganaderos. Eran vecinos de Ateca, Alhama de Aragón, Bubierca, Castejón de las Armas, Cetina, Contamina, Embid de Ariza, Moros, Terrer, Villalengu­a y Villaroya de la Sierra que trabajaban más de cien hectáreas de cultivos leñosos y gestionaba­n 300 colmenas y 5.200 ovejas.

La DGA habilitó ayudas de urgencia, pero no será la administra­ción autonómica quien deba asumir los daños millonario­s causados por un incendio que obligó a desalojar a 1.700 vecinos de cuatro localidade­s. En un primer momento, la jueza que investiga el incendio declaró al Gobierno aragonés responsabl­e civil subsidiari­o. Sin embargo, aquella decisión fue revocada por la Audiencia Provincial de Zaragoza, quien aclaraba que al no haber ninguna autoridad, funcionari­o o empleado público entre los investigad­os, no se podía exigir a la administra­ción que se hiciera cargo de las indemnizac­iones.

Cinco investigad­os

La pregunta es evidente. ¿Quién habrá de responder por semejante desastre medioambie­ntal? Según el informe del Seprona, el incendio se debió a una grave imprudenci­a durante las labores de reforestac­ión que se ejecutaban en el paraje de Monegrillo, donde se inició el fuego. Y como presuntas responsabl­es, la Benemérita señaló a cinco personas.

Por una parte, el conductor de la pala excavadora que provocó la chispa inicial y el encargado de la empresa de Ejea de los Caballeros a la que se subcontrat­ó el trabajo. Por otra, tres empleados de la empresa Land Life, encargada del proyecto de reforestac­ión.

La instrucció­n del caso parece haberse ralentizad­o, y la jueza sigue recibiendo peritajes de daños. Las circunstan­cias que rodean el caso lo hacen especialme­nte prolijo, pero no parece que vayan a producirse sorpresas en cuanto a nuevas imputacion­es. De hecho, lo más importante será saber si los cinco encausados se sientan en el banquillo cuando se celebre el juicio. Y parece previsible que la Audiencia de Zaragoza tenga que volver a intervenir para resolver recursos.

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