El paso atrás de la izquierda
El resultado de las elecciones europeas debería llamar a la reflexión a los dirigentes de la izquierda. La derecha y la extrema derecha han avanzado en toda Europa, quizás porque la socialdemocracia se ha ido apartando de las preocupaciones de los ciudada
Puede que Yolanda Díaz haya decidido copiar el ‘Manual de resistencia’ de Pedro Sánchez, es decir, dimitir para no dimitir. Y es que queda raro eso de que dimita como jefa de filas de Sumar pero continúe como vicepresidenta del Gobierno. Hay algo impostado en esta dimisión. Si la señora Díaz deja de ser la líder de este partido entonces tendría que ocupar su puesto en el Gobierno otra persona de dicha formación. Así pues, tengo la impresión de que su dimisión es más táctica que real, habida cuenta de que su apego al poder la ha llevado a ir dejando por el camino a sus mentores.
Lo cierto es que el resultado de las elecciones europeas indica el avance de la derecha y de la extrema derecha en Europa al tiempo que el retroceso de la izquierda.
No hace tantos años que Podemos irrumpió en la escena política y a punto estuvo de hacerse con el santo y seña de la izquierda, con la decisión de acabar con el sistema político del que democráticamente nos habíamos dotado los españoles en 1978. Un objetivo que casi han conseguido aunque poco a poco han ido perdiendo el favor de los ciudadanos.
Pero volviendo al aquí y ahora, en nuestro país desde el Gobierno y el PSOE nos quieren convencer de que en realidad han ganado las elecciones y que además son los campeones de la resistencia de izquierdas en Europa, pero es un empeño pueril. El resultado de las elecciones debería llevar a los dirigentes de la izquierda europea a preguntarse por qué han perdido apoyos. La primera conclusión es que están dejando de sintonizar con las preocupaciones de los ciudadanos. En los últimos años, quizá el principal error de la socialdemocracia ha sido creer que el Estado del bienestar estaba sólidamente asentado y podían dedicarse a otros asuntos, pero la realidad es otra.
Pienso que desde hace tiempo la mayoría de los dirigentes socialdemócratas pisan poco la calle más allá de reunirse con los militantes de sus partidos que, naturalmente, les jalean, y eso los lleva a confundir el todo por la parte. Los ciudadanos necesitan respuestas claras a sus problemas, y esas respuestas no les llegan desde las filas de la izquierda, más preocupada en otros asuntos, sin duda importantes, pero que no responden a los de la mayoría social.
Puede que Pedro Sánchez quiera creerse que ha ganado las elecciones y que los ‘pelotas’ que le rodean le reafirman en esta idea, pero las ha perdido, aunque no por goleada como estúpidamente pretendía el PP, que también parece desconocer a la sociedad española. La prueba de ese descontento, cada vez más evidente, está en esos ochocientos mil votos que han ido a parar a esa formación disparatada que lleva por nombre Se Acabó la Fiesta, impulsada por un señor que se hace llamar Alvise. En esos votos se refleja la frustración, la rabia, el desencanto, de miles de ciudadanos que no encuentran en los partidos tradicionales respuesta a sus problemas. Y eso, insisto, debería llevar a la reflexión a los dirigentes tanto del PSOE como del PP. Pero me temo que nuestros políticos viven al día y que su único afán es el poder. Y así nos va.
«Hay algo impostado en esa dimisión. Si Yolanda Díaz deja de ser la líder de Sumar debería dejar también su puesto como vicepresidenta del Gobierno»
«En los votos de Alvise se refleja la frustración, la rabia, el desencanto de miles de ciudadanos que no encuentran respuestas en los partidos»