Los reflejos de seis ‘ángeles’ ayudaron a salvar la vida de la mujer que fue atacada
ZARAGOZA. Nadie sale de casa pensando que va a salvar una vida, pero este domingo hubo seis personas que claramente contribuyeron a evitar un final trágico en Zaragoza: el de la mujer de 47 años a la que un joven de 25 apuñaló junto al Canal Imperial. De no ser por ellas, posiblemente el agresor hubiera huido y, lo que es peor, la víctima no estaría ahora recuperándose en el Miguel Servet. Pero reaccionaron pronto y de la mejor manera.
El primero en activar la ‘maquinaria’ de rescate fue un profesor de la Universidad San Jorge que acababa de hacer un par de horas de marcha nórdica. «Estaba contestando varios mensajes de Whatsapp junto al coche cuando escuché gritar a una mujer. Me giré y vi a un joven encapuchado saliendo del Canal con una navaja en la mano. Lo tendría a escasos cinco metros. Justo detrás estaba la mujer pidiendo ayuda. El agua le llegaba a la cintura y tenía un círculo de sangre alrededor», cuenta el testigo.
Como llevaba el móvil en la mano, marcó el 112. «Rápido, rápido. Envíen una ambulancia y avisen a la Policía. Acaban de apuñalar a una mujer y el agresor todavía está aquí», explicó. Los sanitarios tardaron menos de diez minutos en acudir. Pero menos aún tardó la Policía Local, que tenía una patrulla en las inmediaciones.
El profesor es montañero y confesaba ayer que estuvo a punto de sacar el piolet que tenía en el maletero del coche para hacer frente al autor de las cuchilladas. «Pero me di cuenta de que un hombre que caminaba con su perro junto al Canal lo había visto también todo y estaba tratando de reducir al agresor con ayuda del animal», contó. Según este, el atacante –que llevaba puesta una sudadera, un pantalón de chándal y unas zapatillas negras– se mostró al principio «dubitativo, como desubicado», pero terminó hincando la rodilla en el suelo. Instantes después, se presentaron dos agentes de la Policía Local. Uno se fue directo a por la víctima y el otro se encargó de esposar y detener al agresor.
Como consecuencia de los navajazos, la mujer había perdido bastante sangre, por lo que el policía tuvo que ayudarla a llegar hasta la orilla. Por fortuna, un médico que se encontraba en la zona presenció la escena y acudió veloz a auxiliar a la acuchillada. Lo primero que hizo fue abrirle la blusa para localizar los cortes e intentar taponar los más graves. La Policía Local tenía un botiquín en el coche patrulla, por lo que fueron veloces a buscar material de primeros auxilios. Mientras asistían a la víctima, otra viandante se encargó de mantenerle las piernas en alto.