El PP justifica el pacto de migración que critican Existe, Sumar y Podemos
La diputada popular dice que es un «primer paso» El resto de fuerzas denuncian la solidaridad a la carta
ZARAGOZA. El Pacto de Migración y Asilo aprobado recientemente por el Parlamento Europeo no convence plenamente a nadie, pero con diferente intensidad y por razones distintas. Así quedó patente ayer en un debate celebrado en Zaragoza en el que el PP defendió que ve este reglamento como «un primer paso» necesario, mientras Sumar, Existe y Podemos coincidieron en criticarlo con dureza.
A la cita, convocada por la Federación Aragonesa de Solidaridad, la Plataforma Ciudadana contra el Racismo y Futuro en Común, excusó su asistencia Vox por coincidir con el acto central de la formación en la capital aragonesa con Santiago Abascal. No obstante, hubo varias alusiones a la postura de esta fuerza de extrema derecha que aboga por la expulsión inmediata de los «inmigrantes ilegales». A última hora no acudió por indisposición la candidata aragonesa del PSOE al Parlamento europeo, Rosa Serrano.
La diputada popular en las Cortes de Aragón, Silvia Casas, aseguró que aunque no «comparte» al cien por cien el contenido del nuevo reglamento, «a veces es mejor un mal pacto o insuficiente para empezar a negociar que la nada absoluta». Subrayó que es «muy difícil» lograr un equilibrio entre garantizar la protección de la UE y al mismo tiempo los derechos de las personas que llegan. Abogó por «estudiar nuevas formas para que la inmigración pueda ser legal por más vías que las ya establecidas».
El candidato de Sumar, Miguel Martínez, enfatizó que sin la «ayuda» de este colectivo los países europeos no podrían sostener sus economías y que, además, estas personas «vienen con el legítimo anhelo de una vida mejor». Denunció que el acuerdo alcanzado se queda «muy por debajo» de los «derechos esenciales inherentes a cualquier ser humano». Recordó que «desgraciadamente» con la acogida a los desplazados ucranianos quedó patente que si un migrante «tiene la procedencia correcta todo va bien».
Desde Existe, Tomás Guitarte puso el foco en una «visión positiva» de la inmigración que es «necesaria y deseable». Cuestionó que la nueva norma permita que los países puedan pagar por rechazar refugiados y que se regulen procedimientos acelerados para la concesión de asilo, que en el fondo lo que pretenden es «acelerar las expulsiones» y que pueden tener unos «perniciosos efectos» en los menores de edad. Reclamó que se destinen más recursos y se permitan los salvamentos marítimos de iniciativa privada.
De «vergüenza» tachó el pacto Serigne Mbayé, secretario de antirracismo y candidato a la Eurocámara de Podemos, por «violar directamente» los derechos humanos. Reivindicó que hay que «poner las vidas de las personas en el centro» y dejar de «criminalizar» a los migrantes. Reclamó la creación de «vías legales y seguras» de migración, el cierre de los centros de internamiento, que la protección internacional se pueda solicitar en las embajadas y consulados y que la UE investigue la «masacre» de Melilla.
La política autonómica se coló al hablar de cooperación internacional. La representante del PP no quiso «escurrir el bulto», según sus propias palabras, y reconoció el recorte de la DGA en esta materia al ser una exigencia del pacto de gobierno de Vox, aunque se «ha intentado paliar» con otras líneas de subvenciones. Afirmó que es necesaria una «derecha firme» para «plantar cara también internamente» a Vox.
La sala del centro Joaquín Roncal se quedó pequeña para el público asistente y el debate se pudo seguir por ‘streaming’ desde otra estancia. Desde el público se reclamó que se hable de «inclusión y no de integración» y que se tenga en cuenta también la discriminación del pueblo gitano.