28-M, año 1
Fue un tsunami, como dijo el expresidente Javier Lambán. Hace exactamente un año, Aragón giró a la derecha y estrenó un ciclo político en el que por primera vez el PP abría la puerta de sus gobiernos a Vox tras la experiencia de Castilla y León. Los populares se hicieron con un poder territorial como nunca habían tenido, con 263 ayuntamientos incluidos los de las tres capitales y el control de 20 de las 34 comarcas, además del Gobierno de Aragón y las diputaciones de Huesca y Teruel.
En España, aquel 28-M generó un movimiento sísmico tal que precipitó las elecciones generales y aceleró el proceso de polarización entre la izquierda y derecha que ya venía de antes y que pervive hoy. El PSOE, gracias a los pactos entre PP y Vox que se sucedieron en España tras esas elecciones, activó el relato del frente contra la extrema derecha. Así logró reanimar al electorado progresista y salvar el gobierno por la mínima gracias a un conglomerado de partidos de izquierdas, nacionalistas e independentistas que en la actualidad tutela los designios de la política española.
Hoy, 365 días días después, el votante se asoma a unas elecciones europeas en las que el debate sobre los desafíos de la Unión flaquea frente a la encendida dinámica política nacional. Igual que después de aquel 28-M, el PSOE coloca a la extrema derecha y los pactos del PP en el frontispicio de su estrategia, mientras el PP sitúa a los socialistas en el carro del separatismo irredento que desbarata el concepto de igualdad y amenaza la unidad de España.
Vistas como una segunda vuelta de las generales, las europeas están llamadas a determinar si ese ciclo político abierto el 28 de mayo de 2023 sigue vivo, con un PP llamado a gobernar España tras conquistar ayuntamientos y comunidades autónomas o con un PSOE que logra revertir aquella tendencia al calor de la victoria en las elecciones catalanas de Salvador Illa. No se espera que las elecciones europeas tengan un impacto severo en la política interna (más influirán las negociaciones para investir al presidente de la Generalitat), pero despejarán si aquel tsunami del 28-M llegó para quedarse.