Nadal avanza sin brillantez
En un irregular estreno en Roma, el tenista español supera al belga Zizou Bergs por 4-6, 6-3 y 6-4 y sigue dando pasos en su puesta a punto para Roland Garros
ROMA. Zizou Bergs se enfrentaba ayer a una titánica tarea en el Masters 1.000 de Roma. Rafa Nadal nunca ha perdido dos partidos consecutivos sobre tierra batida. De hecho, ha jugado 112 primeras rondas en torneos de arcilla y solo ha perdido una, ante Juan Carlos Ferrero en 2008, en un partido marcado por unas ampollas que no le permitieron competir. Bergs, tras ganar ayer el primer set, se asomó a un horizonte inexplorado para cualquier otro tenista en la historia, pero terminó derrotado (4-6, 6-3 y 6-4) ante un Nadal que sigue dando pasos adelante en su puesta a punto para París.
En un Foro Itálico lleno, Nadal completó un partido irregular, muy afectado por el viento, que no le dejaba restar en condiciones y en el que tampoco sirvió demasiado bien, permitiendo dos roturas en contra y un total de nueve puntos de ‘break’. Nadal no estuvo brillante, pero sí pragmático para frenar a Bergs, un tenista con mucho más rodaje y forma después de ganar una final de un Challenger, perder otras y pasar la fase previa de este Masters 1.000 de la capital italiana.
Además de los retos ya mencionados, Bergs también pudo ser el primer belga en ganar a Nadal
sobre polvo de ladrillo desde que lo lograra Olivier Rochus en Mallorca en 2002, cuando el español tenía 15 años. Dio esa impresión cuando remontó un ‘break’ en contra a Nadal y se apuntó el primer set.
El balear elevó el nivel en la segunda manga, pero no se quitó del todo el sufrimiento. Tuvo que salvar una bola de ‘break’ para ponerse 4-1 y otra para cerrar el set, y terminó esta con solo siete errores no forzados. Se habían reducido los fallos, pero aún quedaba trabajo por delante, y más cuando Nadal dio el susto al comenzar el tercer set con una caída. El español pisó sobre la línea tras restar una bola de Bergs y patinó, perdiendo el equilibrio y revolcándose en la tierra. Se levantó rápido e incluso ganó el punto con una dejada. Una lección más de resiliencia.
Lejos de la contundencia que le hubiera gustado, el set definitivo no estuvo exento de subidas y bajadas, y Nadal tan pronto pasó de tener pelota para el 4-1 a enfrentarse a un 0-40 en contra que le hubiera colocado 3-3. Salvar esa situación y un 0-30 con 4-3 fueron los últimos sustos en el irregular partido de Nadal.