Competencia aclara que tuvo un contacto con el BBVA por su oferta al Sabadell
MADRID. La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, confirmó ayer que mantuvo «un contacto de cortesía con las partes» en referencia al BBVA y Banco Sabadell durante la semana pasada cuando el banco presidido por Carlos Torres comunicó su intención de fusionarse con el de Josep Oliu. El contacto se produjo, según fuentes del encuentro, a instancias del BBVA. Pero Competencia puntualizó después de las declaraciones de Cani Fernández que «fue el BBVA quien hizo la llamada de cortesía», según indica a este diario.
En todo caso, la presidenta de la Comisión de Competencia, que intervino ayer en la asamblea anual del instituto de la Empresa Familiar (IEF), puntualizó que «no necesariamente hay menos competencia» tras una fusión y que hay que analizarlo mercado por mercado. En los dos antecedentes previos en los que intervino la CNMC (la fusión entre Caixabank y Bankia y la de Unicaja y Liberbank), Competencia impuso algunas condiciones a estas entidades para que la competencia no se viera limitada, como mantener oficinas durante un tiempo en los municipios con menos oferta.
Desde 2009, en plena crisis financiera y de las cajas de ahorro, en España se ha reducido el número de entidades financieras de 55 a solo diez, que se quedarían en nueve si se fusionaran el BBVA y el Sabadell. Además, con esa fusión los tres grandes bancos (Caixabank, Santander y BBVA) controlarían el 70% de la cuota de mercado. Solo en el caso de que el BBVA y el Sabadell retomaran y avanzaran hacia la fusión, Competencia entraría a determinar las condiciones que les impondría ya en una primera fase de integración.
Desde el momento en que se conoció públicamente la propuesta de fusión del BBVA al Sabadell, el pasado 30 de abril, saltaron todas las alarmas entre los clientes ante la posibilidad de que esa operación impactara en las posibilidades de elección de los usuarios en un mercado en el que apenas tres bancos (Caixabank, Santander y BBVA-Sabadell, si se integraban) coparían tres cuartas partes del negocio bancario en toda España.
Menos poder de elección
El goteo de desaparición de bancos que ha vivido España desde que la burbuja inmobiliaria estallara en 2008 se ha llevado por delante no solo decenas de marcas reconocidas en sus territorios de toda la vida. También ha arrollado, en buena medida, con la posibilidad de tener más entidades para elegir a la hora de contratar un crédito, firmar una hipoteca, buscar un buen depósito o simplemente abrirse una cuenta. Los procesos de concentración conllevan «amenazas», tal y como ha indicado en varias ocasiones la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia(CNMC).