Israel se debate entre dar prioridad a la liberación de los rehenes o asaltar Rafah
La ONG del cocinero José Andrés, World Central Kitchen, anuncia que hoy reanuda sus actividades en Gaza
ESTAMBUL. Las delegaciones de Hamás e Israel se dan cita hoy en El Cairo para una nueva ronda de conversaciones indirectas a la sombra de la anunciada operación militar sobre Rafah, para la que el jefe del ejército hebreo, Herzi Halevi, ya ha aprobado el plan. Los israelíes se debaten entre dar prioridad a la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás o seguir adelante con el uso máximo de la fuerza y atacar Rafah, una estrategia que en medio año no les ha servido ni para liberar a los suyos, ni para cazar a los líderes del grupo palestino. Los islamistas tienen ya la respuesta israelí a la última propuesta que presentaron a comienzos de mes y se espera que en breve den su contestación.
En esta nueva ronda de contactos Egipto toma el relevo de Catar y presiona para que ambas partes lleguen a un acuerdo de alto el fuego que aleje el asalto a una ciudad que está en su frontera y que alberga a más de un millón de palestinos. Como ocurre al inicio de cada ronda de conversaciones en suelo egipcio los medios locales se muestran optimistas, pero hasta ahora no se ha logrado callar las armas.
Fuentes israelíes citadas por el diario estadounidense ‘The New York Times’ señalan que sobre la mesa se debate un plan de cese de las hostilidades en dos fases, que arrancaría con un «acuerdo humanitario» por el que Hamás liberaría a los cautivos más vulnerables (mujeres, niños y ancianos) a cambio de un alto el fuego temporal y la excarcelación de presos palestinos.
En la segunda fase se abordaría la liberación del resto de secuestrados a cambio del final de la guerra. Este plan recoge una exigencia clave para los islamistas, que se niegan a liberar a los rehenes sin un acuerdo que suponga el final de la contienda y no aceptan acuerdos temporales.
Presiones internas y de EE. UU. Benjamín Netanyahu está entre la espada y la pared. Sus socios ultranacionalistas en el Gobierno amenazan con romper la coalición si acepta un alto el fuego y le exigen ir en la guerra hasta el final. El ministro de Economía, Bezalel
Smotrich, calificó un posible acuerdo de «derrota humillante», y el de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, aseguró que una decisión de este tipo supondría «el final de la coalición» que mantiene a Netanyahu en el poder.
En el gabinete de guerra se escuchan voces como la del exministro de Defensa, Benny Gantz, quien asegura que «la operación en Rafah es importante, pero lo es más el regreso a casa de los cautivos». Por su parte, el responsable de Exteriores, Israel Katz, dejó claro ayer que «en caso de acuerdo suspenderemos la operación». A este respecto, fuentes de este gabinete de guerra matizaron que se trataría de una «suspensión», no de una «cancelación» definitiva porque el asalto a Rafah se considera clave para acabar con Hamás.
Desde el exterior, el presidente de EE. UU., Joe Biden, mantuvo ayer una conversación telefónica con Netanyahu en la que tras reafirmarle su compromiso con la seguridad de Israel, le reiteró su posición sobre el posible asalto a Rafah. Una operación que Washington ya había manifestado que no podría apoyar «si no se presenta antes un plan humanitario apropiado», en palabras del portavoz de la Casa Blanca, John Kirby.
Los preparativos para una evacuación masiva de civiles de Rafah llevan días en marcha y se levantan campos de refugiados con tiendas de campaña en Jan Younis, pero los expertos consideran que se necesitarán «semanas» para mover a tantas personas.
Entretanto, la ONG del cocinero español José Andrés, World Central Kitchen, anunció ayer que hoy lunes reanuda sus operaciones en la Franja de Gaza, después de haberlas interrumpido desde que el pasado día 1 siete de sus cooperantes murieran en un ataque aéreo israelí.
«Vamos a reiniciar nuestras operaciones con la misma energía, dignidad y concentración a la hora de alimentar a la mayor cantidad de personas posible», señaló la dirección de la ONG en un comunicado.