Heraldo de Aragón

Condenado un piloto por dañar un caza F-18 al volar demasiado bajo en el embalse de El Grado

El Supremo ratifica la pena de tres meses de cárcel por los desperfect­os de 380.000 € al chocar con un tendido Llegó a descender hasta los 21 m, cuatro veces por debajo del límite

- RUBÉN DARÍO NÚÑEZ

HUESCA. El Supremo ha ratificado la condena de tres meses y un día de prisión impuesta por el Tribunal Militar Territoria­l Tercero a un capitán del Ejército del Aire por causar daños por valor de 383.139 euros al caza F-18 que pilotaba durante una misión de entrenamie­nto tras chocar contra un tendido eléctrico en desuso por volar demasiado bajo sobre el embalse de El Grado.

Los hechos se remontan al 3 de julio de 2020. Sobre las 10.41, el capitán, piloto de combate, despegó de la Base Aérea de Zaragoza para llevar a cabo un ejercicio ‘Ataque suelo’ para practicar el vuelo a muy baja cota. Le acompañó una segunda aeronave.

En este tipo de ejercicios se procura que la situación sea lo más realista posible utilizando para ello el límite inferior de las alturas mínimas establecid­as. En este caso, estaba habilitado para alcanzar una cota mínima en ruta que no fuera inferior a 300 pies (91 metros). Mientras, el teniente que le acompañaba no debía bajar de los 1.000 pies (305 m).

La sentencia considera probado que a las 10.54 comenzó la segunda fase del ejercicio en la que debía descender desde los 5.000 pies para realizar un vuelo a muy baja cota, pero no se percató de que el radio-altímetro estaba apagado. Cuatro minutos después se dio cuenta y lo encendió.

A las 11.00, creyó haber alcanzado el embalse de El Grado, punto final de la ruta, pero se confundió ya que estaba en el de Barasona, a unas 3,3 millas (5,3 km). En ese tramo, ya voló durante 12 segundos por debajo de los 300 pies. Al darse cuenta del error de localizaci­ón, viró subiendo hasta los 500 pies y se dirigió a El Grado, donde llegó a las 11.01, pero mientras continuaba con el vuelo en ligero descenso, llegó a una altura mínima de 70 pies, que mantuvo estable hasta que sintió un impacto en la aeronave que resultó ser un tendido.

En ese tramo de sobrevuelo sobre el embalse estuvo 12 segundos por debajo de los 300 pies y 5 segundos a una altura mantenida de 70 pies (21,5 metros). Tras el choque, el caza ascendió y el cable del tendido eléctrico cayó sobre las aguas del embalse. Por fortuna, no hubo que lamentar daños personales, pero el caza F18 sufrió desperfect­os en los estabiliza­dores verticales, en la cúpula y el parabrisas y en el ‘leading edge flap’ exterior derecho.

Por todo ello, fue condenado por un delito contra la eficacia en el servicio militar por «destruir, dañar de modo grave o inutilizar para el servicio, aun de forma temporal, obras, establecim­ientos o instalacio­nes militares, buques de guerra, aeronaves militares...». Y se le impuso la pena de cárcel mínima, ya que la horquilla va de tres meses a dos años.

Quería esquivar unos pájaros

El capitán presentó un recurso de casación ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo alegando, principalm­ente, que descendió por debajo de la altura permitida para evitar una colisión con unos pájaros que había visto. La Fiscalía Togada pidió desestimar­lo.

Pero el Alto Tribunal dice que no hay ninguna prueba de la existencia de aves que le obligaran a bajar por debajo del límite de cota de vuelo fijado. «Hay una ausencia de lógica en la excusa pues carece de sentido que ante la hipotética presencia de aves sobre un pantano el piloto decidiera, en vez de esquivarla­s aumentando la altura, descender hasta los 70 pies que, además de infringir en extremo la normativa, y no garantizar la ausencia de aves, aumentaba considerab­lemente el riesgo y reducía la capacidad de reacción», concluye. Y califica la maniobra de «imprudenci­a grave» porque «generó un grave peligro tanto para la propia vida del piloto como para un material de extremo valor material y táctico para las Fuerzas Armadas»..

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