En la mente del abusador
Un tribunal de Nueva York ha ordenado repetir el juicio y anulado la condena a veintitrés años de cárcel que se le impuso a Harvey Weinstein por violación y asalto sexual a dos mujeres. Esa sentencia, en un caso que dio luz al MeToo, no es la única por la que Weinstein cumple pena, ya que fue condenado a otros dieciséis años por otro caso similar, pero su anulación supone un duro revés para quienes creían que el que fuera poderosísimo señor de Hollywood acabaría pagando por todas sus fechorías.
Piensas en lo que hay en la mente de abusadores como él o, más cerca y reciente, en el caso del escritor y director teatral Ramón Paso, contra el que la Fiscalía de Madrid ha presentado una denuncia por agresión sexual a varias mujeres, y la respuesta es la que ha dado estos días Pepe Viyuela. El actor, protagonista de una obra de Paso que ha sido cancelada, señaló la precariedad en la que viven muchos actores –y en otros sectores, culturales o no, también–, lo que les hace vulnerables ante quienes se aprovechan de ellos, y no solo sexualmente, porque también se apoderan de su dignidad.
Eso es lo que también hizo el escritor francés Gabriel Matzneff, sobre el que se puede ver en los cines ‘El consentimiento’. Basada en el libro de la editora Vanessa Springora, la película aborda la historia de un autor al que muchos veneraban aun a sabiendas de que era un pedófilo y que mantuvo una relación con Springora cuando él tenía 50 años y ella aún no había cumplido los catorce. El problema no fue solo Matzneff, como en tantos otros casos, sino la aceptación como algo natural de determinados comportamientos y el mirar para otro lado de la sociedad.