Cuestión de confianza
Hay algo que no encaja. ¿Qué hay detrás de la carta lacrimógena de Pedro Sánchez? Cabe pensar que está afectado por todo lo que se viene publicando sobre su mujer. No sería extraño. Y se une la denuncia presentada por Manos Limpias, ese sindicato ultraderechista cuya sola existencia pone los pelos de punta. Pero ¿de verdad Manos Limpias puede tambalear sicológicamente a Sánchez?
Si uno se pone en la piel de Sánchez puede comprender que lo que quiera marcharse. Pero... esa posibilidad no encaja con el personaje Pedro Sánchez. A esto se une su falta de credibilidad. De ahí que quepa preguntarse si no será una estrategia presentarse como víctima para conmover al personal y provocar el cierre de filas de los suyos.
El lunes tendremos la respuesta y no hay muchas alternativas. La primera es que decida retirarse. La segunda, que anuncie una cuestión de confianza. Eso supondría volver a obtener los votos de sus socios para seguir gobernando con un plus de legitimidad, pero estamos en vísperas de las elecciones catalanas. No hay duda de que los partidos independentistas respaldarían la moción de confianza. Si Sánchez se va la amnistía puede quedar en el aire así como todas las cesiones que viene haciéndoles. Hasta Puigdemont le ha aconsejado que presente la cuestión de confianza. Le ayudaría a tomar impulso, aunque es pan para hoy y quién sabe si hambruna para mañana. Otra posibilidad sería convocar elecciones pero no puede porque aún no ha pasado un año desde aquel 29 de mayo del 2023 en que anunció la convocatoria de elecciones generales. Bueno, podría anunciar que las convocará en cuanto pueda, pero eso quedaría raro.
El paso que ha dado, si termina en retirada, le humaniza. Y eso que es un fajador nato que ha venido descalificando a todos los que no han querido comulgar con sus políticas. La fachosfera es un término que han lanzado los del márketing del PSOE.
No es fácil saber qué hay detrás de su anuncio. Si solo fuera una estrategia para seguir adelante perdería la poca credibilidad que le queda. Acaso no haya que buscarle tres pies al gato y solo sea la reacción de un hombre herido. Pero, ¡uf!, con Sánchez nunca se sabe, de manera que habrá que esperar.