Velázquez, un adiós a la carrera en apenas 20 minutos
ZARAGOZA. Julio Velázquez pisó por última vez la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza ayer por la tarde. Había sido destituido oficialmente a media mañana tras firmar su finiquito con el club, hecho que ya conocía desde el viaje de vuelta de Valladolid en la madrugada del domingo.
Velázquez acudió en su coche a las instalaciones de la carretera de Valencia poco antes del inicio del entrenamiento vespertino. Llegó a las 16.55, acompañado por sus ayudantes Miguel Ángel Baltanás y José Antonio Morga, y se marchó a las 17.15. En 20 minutos se despidió del equipo en el vestuario y, a continuación, del personal de la Ciudad Deportiva que se encontraba trabajando a esa hora.
Junto al aparcamiento, Velázquez y el director deportivo, Juan Carlos Cordero (su mentor en el momento de su llegada en noviembre), escenificaron el adiós con un abrazo que fue captado por las cámaras de los fotógrafos y de televisión. No asomó en este plano el director general, Raúl Sanllehí, quien también había acudido a la Ciudad Deportiva minutos antes para estar presente en la marcha del preparador vallisoletano.
El epílogo de Velázquez, ayer a primera hora de la tarde, dejó el mismo poso que todo su breve paso por la historia del Real Zaragoza: pareció hacerlo a la carrera, sin demasiadas ganas de mostrar algún sentir de cierta emoción.
Cuatro meses antes, su predecesor, Fran Escribá, en el día de su marcha, pidió al club hacer una comparecencia ante la prensa (sin preguntas) y se despidió personalmente de cada periodista. Ayer, a Velázquez en ningún momento se le pasó por la cabeza algo así. Serio, seco, levantó la mano junto a la ventanilla al cruzar con el automóvil la barrera de la zona de campos y dijo adiós sin más detalles.