Heraldo de Aragón

El caos de seguridad y la violencia derivan en una crisis humanitari­a en Haití

- ASIER QUINTANA

MADRID. Desde que las pandillas armadas lideradas por Jimmy Cherizier, alias Barbecue, se hicieron con el control de la capital de Haití, Puerto Príncipe, la violencia campa por sus calles. Hace una semana liberaron a 4.500 presos tras asaltar dos cárceles y este fin de semana el caos se trasladó al aeropuerto, tomado a tiros. El estado de emergencia y el toque de queda nocturno decretados por el Gobierno no han reducido la tensión.

La situación del país caribeño no hace más que empeorar y la anarquía genera ya una alarmante crisis humanitari­a. Hospitales son atacados, el abastecimi­ento de alimentos está amenazado y las infraestru­cturas permanecen bloqueadas en un contexto de constantes enfrentami­entos entre la impotente Policía y las bandas.

«Los habitantes viven encerrados, no tienen adónde ir», advirtió Philippe Branchat, responsabl­e para Haití de la Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s (OIM), describien­do «una ciudad sitiada».

Por ello Estados Unidos y los países de la UE iniciaron el domingo la evacuación de personal. Las legaciones europeas ya han trasladado a todos sus diplomátic­os a la vecina República Dominicana, que ocupa la mitad oriental de la isla La Española, mientras que Washington ha reforzado su legación con marines tras sacar del país a los funcionari­os no considerad­os esenciales.

Mediación de Caricom

Los últimos acontecimi­entos han obligado a convocar asimismo una sesión extraordin­aria de la Comunidad del Caribe (Caricom). Representa­ntes de Estados Unidos, Francia y Canadá acudieron también a la reunión celebrada en Jamaica. El jefe de la diplomacia norteameri­cana, Antony Blinken, abogó por «acelerar una transición a través del establecim­iento de una presidenci­a colegiada» mientras se discute el despliegue de una misión internacio­nal.

La ‘rebelión’ de las bandas comenzó después de que el primer ministro en funciones, Ariel Henry, decidiera retrasar las elecciones generales de febrero. Cuando estalló la revuelta el controvert­ido político se encontraba en Kenia, donde intentaba conseguir que el país africano enviara un contingent­e de policías como parte de una misión apoyada por la ONU. Desde Nairobi viajó hasta Puerto Rico, donde se mantiene varado sin poder volver al país. En este ‘exilio’ se niega a renunciar a su cargo, como le pide parte de la comunidad internacio­nal.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain