La entrevista de Lorenzo Milá a George y Laura Bush
Doce de marzo de 2004, España está conmocionada por el atentado terrorista más mortal de su historia. Sólo han pasado 24 horas desde las explosiones de los trenes que viajaban a Atocha. La prioridad social está en las víctimas. Pero otros intereses políticos empiezan a brotar. El domingo, 14 de marzo, hay elecciones generales.
En Washington suena el teléfono de la corresponsalía de TVE. Es una llamada inaudita, viene desde el Gobierno norteamericano: ofrece a Televisión Española una entrevista en exclusiva con George Bush y, su mujer, Laura Bush. El presidente y la primera dama quieren mostrar oficialmente su apoyo al país. El recuerdo de los atentados de otro día 11, de septiembre, ha despertado una fuerte empatía en el máximo mandatario de EE. UU. y su esposa.
La entrevista histórica es realizada por Lorenzo Milá, entonces corresponsal adjunto de TVE en EE. UU., desde la flamante residencia del embajador español, Javier Rupérez. Sin embargo, nunca se emite al completo en aquel 2004. Sufre censura, a pesar de la cautela y apoyo de Bush a España. El problema es que en sus palabras se entrevé que el presidente «no estaba hablando de ETA», recalca el propio Milá. Porque ahora RTVE ha querido resarcirse y compartir este documento y, a la vez, reflexionar sobre malas prácticas que puede padecer una cadena a través de un reportaje de veinte minutos para el ‘Telediario’.
Es esencial que TVE afronte sus errores del pasado frente a los ojos del espectador, ya que así también se despierta en la audiencia la conciencia crítica con la que preguntarse qué vemos, qué no vemos y cómo lo vemos en los medios de comunicación. Paradójicamente, la entrevista única que los Bush concedieron a Televisión Española como abrazo a los ciudadanos españoles y como lealtad a su socio José María Aznar se silenció porque el discurso del presidente norteamericano podía despertar dudas sobre al argumentario que se estaba forzando por el miedo a perder las elecciones generales.
«Bush estaba hablando de un tipo de terrorismo, clarísimamente. En aquel momento, no me di cuenta porque estás en un entorno tan desbordado... No escuché como estoy escuchando ahora porque es evidente que está hablando de un tipo de terrorismo. Él no estaba hablando de ETA. Él hablaba de terrorismo islamista, él hablaba de lo mismo que le habíamos oído decir desde el 11-S», subraya en el reportaje Lorenzo
Milá, analizándose a sí mismo con una sana humildad. Interesante asistir al reencuentro de un periodista con su trabajo y cómo se va percatando de cuestiones cruciales que le pasaron desapercibidas fruto de la tensión del momento.
Dos décadas después, en este 2024, coincidiendo con el veinte aniversario de los atentados del 11 de marzo, la entrevista de Milá a los Bush se emite con más interés si cabe, tras ser escondida en tal momento de dolor social, con tantos muertos, con tantas víctimas.
Una situación que, en la actualidad, sirve además para refrescar el efecto Streisand. O, lo que es lo mismo, cuando intentar tapar un hecho noticioso, termina provocando que se conozca más aquello que se pretendió ocultar. Incluso pueden quedar aún más en evidencia aquellos que intentaron borrarlo. Si se hubiera emitido con normalidad esta entrevista,
hoy no estaríamos hablando de ella. A partir de hoy, en cambio, ya no la olvidamos.