Roseto 78, donde todo comenzó...
Este pasado fin de semana se reunió en Castelldefels la selección española júnior que conquistó la plata en el Europeo de Roseto 78, equipo íntimamente relacionado con Aragón y punto de partida de todas las conquistas posteriores
Igual que el Mundial júnior de Lisboa 99 significó el punto de partida de las conquistas de la selección española de baloncesto en el siglo XXI, el Europeo 78 de Roseto representa el acto fundacional de las conquistas de la selección española en el crepúsculo del siglo XX. La medalla de plata de Los Ángeles 84 no se entiende sin este grupo de jugadores (y directivos) que revolucionaron el baloncesto español y europeo en los años 80 y 90. La fundación de la ACB como liga europea de referencia y la irrupción del CAI Zaragoza como rebelde con causa tras la Copa del Rey de 1984 (aunque se jugara en diciembre de 1983) son consecuencia lógica de estos chavales que pusieron patas arriba el baloncesto al otro lado del charco universitario y de la NBA.
Llenos de porqués, de cariño, de amistad de la buena, de baloncesto ganador, se volvieron a reunir el fin de semana pasado en Castelldefels estos valientes que pusieron a España en la vanguardia del baloncesto FIBA. La nómina es lo suficientemente explícita, no necesita presentación. Cualquier persona mínimamente introducida en el baloncesto los conoce: Fernando Romay, Joseba Gaztañaga, Epi, Juan Manuel López Iturriaga, Pere Práxedes, Ricardo Goenechea, José Luis Llorente, José Luis ‘Indio’ Díaz, Joan Pera, Fernando Arcega, Alfonso Mardones y Alberto Alocén. Ya falleció el entrenador, Ignacio Pinedo. Sigue muy vivo y reuniendo al grupo de conquistadores, el jefe de la expedición, el ejecutivo zaragozano José Luis Rubio. Ciertamente, ni se entiende la explosión del baloncesto español ni la aparición de Zaragoza como ciudad de referencia sin estos hombres que hicieron grande al deporte de la canasta.
Añadan al campeón de natación de Castilla (sí, de natación...), el gran Fernando Martín, la muñequita linda del Matraco Margall (es alías, no es peyorativo), a un hispano-dominicano (Chicho Sibilio), a un hispano-argentino (Juan Domingo de la Cruz) y a Andrés Jiménez, y tendrán la selección española que a las órdenes de Antonio Díaz Miguel vio ascender la bandera de las dos gotitas de sangre y del rayo de sol junto a la de las barras y las estrellas en las mismas narices de Michael Jordan en Los Ángeles 84.
«Fue un tiempo precioso que nos negamos a olvidar. Nos reunimos para evocarlo. Falleció Pinedo, también Saporta; pero seguimos vivos el resto», recordó José Luis Rubio, expresidente del CAI Zaragoza, padre del baloncesto aragonés y referencia indiscutible del baloncesto ACB y FIBA.
Ciertamente, emociona articular esos nombres que nos hicieron grandes, igual a los aragoneses que a los españoles, que tanto tenemos que ver desde hace medio milenio (o más... Si, más). Con José Luis Llorente, Alberto Alocén, Indio Díaz, Fernando Arcega y Fernando Romay tenemos un quinteto de los barbis del CAI Zaragoza y de España. En el 2028, se reunirán en Roseto para recordar medio siglo de la gesta, del punto de partida de todo. Los campeones, la URSS, desaparecieron en 1991... Lo dicho, solo quedamos nosotros... noso la señal de Aragón Televisión que llegue desde Mersin. Para poder asistir será necesario, eso sí, comprar una entrada del partido del masculino, que se mide tres horas más tarde contra el Niners Chemnitz, segundo clasificado de la liga alemana. Las entradas están disponible en la web de Casademont (recordemos que es un partido que no entra en el abono) desde un precio que va de los 7,5 euros de los fondos a los 18 de las tribunas.
El del Casademont femenino no será el único partido de Euroliga que se dispute mañana porque, de hecho, otras dos eliminatorias están abiertas. Al igual que las zaragozanas, el Villeneuve y el Schio forzaron el tercer partido de sus respectivas series y sólo está ya clasificado el Fenerbahce, que se deshizo del Perfumerías Avenida por la vía rápida.