Aragón, entre las comunidades con menor tasa de obesidad infantil
MADRID. La obesidad infantil aumenta cuanto mayor es el peso de los padres y menor es su nivel de renta y de estudios, aunque varía también mucho según la comunidad de residencia, de modo que los niños de Murcia, Cataluña y Andalucía presentan tasas hasta diez veces superiores a los de Navarra, Aragón o Cantabria, según un estudio de la Universidad de Murcia.
«Las causas son multifactoriales y hay que entender su complejidad: no es sólo comer mucho y mal y sedentarismo», zanja Gilberto Pérez, endocrinólogo y pediatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y miembro del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Más allá de la genética, que no es modificable, el factor individual más importante es «el ejemplo de los padres», su capacidad de fomentar un estilo de vida saludable y reconocer, cuando lo hay, el problema de peso en su hijo, pero el 70 % no lo ve. «La principal limitación es que muchos padres –y profesionales que los atienden– no lo detectan. Así no se puede luchar contra la obesidad infantil».
Según un estudio de investigadores de la Universidad de Granada de 2017, el 90 % de los progenitores de niños con exceso de peso creía que estaban en el normal; el 63 % de los padres de adolescentes de 10 a 14 años con sobrepeso y el 40 % de los que tenían obesidad tampoco lo percibían. Otras de sus conclusiones fueron que las madres tienen más posibilidades de no identificar ese exceso; los padres con sobrepeso/obesidad tienen más posibilidades de no verlo en sus hijos, y las familias con más renta identificaron mejor el problema.