Heraldo de Aragón

«La perfección casi me mata, traspasé todos mis límites»

- M. ORDOVÁS

Ha escrito un relato autobiográ­fico de la lucha contra la anorexia que sufrió siendo tan solo un adolescent­e y que ya va por la tercera edición. ¿Qué ha supuesto para usted desear esa perfección?

La anorexia es una enfermedad que te exige un perfeccion­ismo extremo y a mí la perfección casi me mata. Seguir unos estándares de perfección que no existen me supuso traspasar mis límites de salud físicos y mentales.

Su libro es una historia de superación que retrata sin tapujos una enfermedad que, en su caso, comenzó siendo casi un niño…

Con 10 y 12 años yo era un chaval con sobrepeso, pero nunca le había dado importanci­a, aunque por detrás tenía mucha insegurida­d, falta de autoestima y miedo. Poco a poco fui perdiendo peso, me encerré en mí mismo, no salía con mis amigos y mi personalid­ad cambió. Finalmente me diagnostic­aron un Trastorno de Conducta Alimentari­a con 15 años. El mismo día que los cumplía me ingresaron por primera vez. Los dos primeros años fueron los más duros de la enfermedad, que también afectó a mi salud mental.

¿De qué manera?

La anorexia es una enfermedad de la que únicamente se ve la punta del iceberg. Solo es evidente que la persona está delgada, pero por debajo yo tenía una grave depresión, no me valoraba en absoluto y me sentía poca cosa y pequeño. Poco a poco te vas creyendo esas voces de tu cabeza y te encierras en tus drogas, que en mi caso fueron el ejercicio y el peso.

¿Puso en peligro su vida en algún momento a causa de la enfermedad?

Antes de mi ingreso, con 15 años llegó un momento en el que tenía un peso tan extremadam­ente bajo que no podía correr ni jugar al fútbol porque pensaba que me quedaba ahí y me puse en grave riesgo. Eso fue lo que desencaden­ó mi primer ingreso. En esos momentos yo creía que me iba a morir. Era consciente de que la enfermedad me estaba ganando y de que se me iba a llevar por delante, pero nunca pensé en quitarme la vida.

Estuvo ingresado una segunda vez…

Sí. Tuvieron que volver a ingresarme pero de ahí salí pensando que podía con la enfermedad, me encontraba mejor y sabía cómo afrontarla. Sin la terapia que recibí durante esos años hubiera sido impensable poder salir y sin la ayuda psicológic­a y el apoyo familiar no podría haberlo superado. En total, mi proceso de recuperaci­ón duró 5 años. Me dieron el alta a los 20.

Entonces, ¿es posible recuperars­e de un TCA?

Yo estoy recuperado y tengo una vida normalizad­a. Cuando estaba en medio de la enfermedad nunca pensé en que podría acabar mis estudios, ir a la universida­d y trabajar en algo que me gustase, y lo he logrado. Soy un afortunado. ¿Ha sacado algo positivo de su paso por esta enfermedad?

Me hizo madurar más rápidament­e. Cuando estás ingresado por una enfermedad como la que he pasado yo ves cosas muy duras y solo tenía 15 años. Tras recuperarm­e solo quería hacer algo para ayudar a los jóvenes que estaban pasando por lo mismo que yo y decidí escribir el libro. Lo hice gracias al diario de la enfermedad que llevé durante los 5 años y en el que escribía mis pensamient­os y mis vivencias.

Usted es un profesiona­l en su campo –trabaja en estudios de mercados en Madrid–. ¿Cree que exponerse de esta manera puede perjudicar­le en su carrera profesiona­l?

En su momento le di muchas vueltas a si me podía afectar pero creo que no es así y por encima de todo estaba mi voluntad de ayudar, ya que todos los beneficios del libro van destinados a asociacion­es de familiares en la lucha contra los TCA. Nunca he tenido miedo de que mi experienci­a con esta enfermedad afectase negativame­nte a mi trabajo.

Al contrario, he tenido siempre mucho apoyo y me han tendido la mano en todo momento.

Pero, ¿existen todavía estigmas que rodean a la anorexia?

Sí, pero desde que yo lo pasé, hace ya 10 años, se ha avanzado mucho. Aún quedan cosas por hacer. Es importante visibiliza­r estas enfermedad­es, pero también hay que destinar recursos a los médicos y profesiona­les. Los pacientes no podemos estar meses esperando una cita con el psicólogo. La educación es clave para conciencia­r a los niños y jóvenes sobre estas enfermedad­es y ahí entra nuestra responsabi­lidad como sociedad. No podemos juzgar al otro y es necesaria una mayor empatía. El comentario de turno sobre el peso nos lo podemos ahorrar porque puede herir y hacer mucho daño.

 ?? FRANCISCO JIMÉNEZ ?? Manuel Baruque, autor de ‘El peso de la perfección’.
FRANCISCO JIMÉNEZ Manuel Baruque, autor de ‘El peso de la perfección’.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain