Heraldo de Aragón

Irán vota sin la mínima esperanza de un cambio

- ASIER QUINTANA

MADRID. Ayer viernes, día festivo en el calendario del islam, no era una fecha cualquiera. Comenzaron las elecciones para el Parlamento y la Asamblea de Expertos en Irán con el temor de que una gran abstención refleje el malestar de la población. De los 61 millones de iraníes que estaban llamados a las urnas, se desconoce cuántos no fueron, ya que el recuento se realiza hoy.

El primero en abrir estos comicios, como siempre, fue el Líder Supremo, el ayatolá Ali Jamenei, quien insistió en la importanci­a de ir a votar. «Id a depositar vuestro voto en las urnas lo antes posible. Nuestra querida nación debe saber que muchas personas en el mundo, ya sean individuos o políticos, y aquellos que ocupan prestigios­os cargos nacionales, están mirando hoy a Irán», publicó en su cuenta de X (antes Twitter).

Por último deseó unos resultados «beneficios­os» para el país, que se enfrenta a su primera votación tras las masivas protestas desencaden­adas en 2022 a raíz de la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, apresada y torturada por no llevar bien el hijab.

Estos comicios se entienden como un plebiscito sobre su popularida­d en las que se prevé la victoria de los conservado­res, después de que el Consejo de Guardianes, grupo que elige el propio Líder

Supremo, eligiera los candidatos dejando fuera a los expresiden­tes reformista­s Hasán Rohami y Mohamad Hataní.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, reafirmó las palabras de Jamenei y alegó tras acudir a votar que «el verdadero ganador de este proceso será la nación». Además, recalcó que las elecciones «son una manifestac­ión de la unidad y la integridad de Irán» y sostuvo que «no hay perdedores» porque «todo el mundo va a acudir a votar».

El ultraconse­rvador insistió en que la diferencia entre el país centroasiá­tico y el resto es que «la gente y los candidatos sienten el deber de participar en la votación». Esta espera de una alta participac­ión se debe a que tras las protestas en 2022 y el llamamient­o al boicot por parte de la oposición a la que le han negado poder presentars­e a los comicios, puede ser que los ciudadanos se revelen ante el ayatolá y haya un récord de abstención.

Las urnas se debían haber cerrado alrededor de las 14.30 (18.00 horas en España), pero se prolongó para que, según el gobierno, los ciudadanos tuviesen más tiempo a votar.

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