El hotel Romareda se somete a una reforma integral
ZARAGOZA. «Bienvenido a un mundo diferente». Este eslogan que lleva por bandera el hotel Ilunion Romareda no es casualidad. Su labor, muchas veces silenciosa, por las personas con discapacidad le ha llevado a ser un establecimiento hotelero prácticamente único en Zaragoza. Y quiere seguir trabajando con el mismo mantra. Por eso, durante los próximos años, será reformado integralmente, a la vez que el estadio de La Romareda.
El hotel (lugar de concentración del Real Zaragoza hasta 2016) sufrió un cambio a partir de 2008, cuando la empresa Ilunion, del Grupo Social ONCE, se hizo con él. Desde entonces, gran parte de sus 90 habitaciones han introducido cambios para poder convertirse en un establecimiento accesible para cualquier tipo de discapacidad visual, auditiva, de movilidad reducida... José Antonio Palau, director del hotel Romareda, informa de que el año pasado acometieron la compra del inmueble para poder llevar a cabo una transformación del interior a tres años vista. Los trabajos ya han comenzado en algunas de las habitaciones.
Listo para el nuevo estadio Para las obras, que seguirán este año, la inversión supera los dos millones de euros. La intención es que, para cuando la nueva Romareda esté construida, el hotel esté listo en su totalidad. Además de mejoras en instalaciones o tuberías, el plan de Palau para este año es renovar por completo la cuarta y la quinta planta del hotel y «mejorar la accesibilidad de las habitaciones».
El hotel tiene completamente adaptadas tres de ellas, a la que se sumará otra antes de este verano. Y muchas más «tienen pequeños cambios que ya hacen que se adapten a personas con movilidad reducida o algún tipo de discapacidad».
Así, por ejemplo, hay mobiliario para quienes van en silla de ruedas. En el comedor, las mesas siempre tienen un hueco para no entorpecer su paso y que puedan sentarse correctamente, la encimera donde se reparte el desayuno es más baja para que no tengan que estirarse... Y, dentro de los dormitorios, hay tecnología que puede salvar vidas. Por ejemplo, unos sensores que, si detectan que una persona se queda en el suelo inmóvil durante tres minutos, llama a recepción. Si tras tres llamadas el afectado no contesta, sube el personal para comprobar si se encuentra correctamente. En definitiva, un protocolo que incluye la certificación de accesibilidad universal que el hotel posee.
Por lo tanto, los trabajos se van a centrar en introducir más elementos accesibles en todas las habitaciones, además de mejorar las propias instalaciones del centro hotelero. «Cambiaremos también uno de los ascensores para hacerlo un poco más grande y más accesible a las sillas de ruedas», comenta el director del hotel Romareda. En este caso, las obras comenzarán tras el verano, cuando el elevador quedará cerrado para, previsiblemente, tres meses. Además, se hará otro baño, también adaptado, en la planta calle.
Se complementará así con el resto de elementos adaptados del establecimiento. Por ejemplo, en la tercera planta del hotel, se quitaron todas las bañeras y se sustituyeron por duchas a cota cero para que personas mayores o con movilidad reducida no tuvieran que entrar y salir de la citada pieza de cerámica. Los teléfonos son especiales, además de que los números de las habitaciones tienen relieve para que los discapacitados visuales sepan exactamente a dónde van. Antes de cada entrada, hay un cambio de tonalidad en el suelo para aquellos que tienen una visibilidad reducida. Las terrazas son accesibles para aquellos que van en sillas de ruedas, e incluso los percheros están pensados para que sean más alcanzables.
En la línea de las actuaciones, el ‘hall’ también cambiará, al igual que el resto de salones que componen el establecimiento. El proyecto más importante, no obstante, será la creación de un restaurante que Palau quiere convertir en un centro especial de empleo. Es decir, el 70% de sus trabajadores tendrán algún tipo de discapacidad.
Estas acciones se añaden a las que la compañía ya viene realizando. Por ejemplo, organizan desayunos a ciegas para que todos se pongan en la piel de alguien con visibilidad reducida.