El que la hace la paga
Pedro Sánchez se ha mostrado «implacable» este sábado contra la corrupción: «El que la hace la paga», ha afirmado. Era lo único que le faltaba para acabar su semana de pasión: debacle electoral en Galicia, chantaje de Puigdemont y, ahora, la sombra del cobro de comisiones por comprar mascarillas en plena tragedia por la pandemia.
La dificultad que arrastra la Moncloa radica en que la mancha de las corruptelas no se puede contener en la persona de Koldo García. Su capacidad de influencia era la que le proporcionaba su jefe, José Luis Ábalos, el hombre que en ese momento amasaba un extraordinario poder, por mandato del propio Sánchez, tanto en el Gobierno como en el PSOE. Y la bola de nieve amenaza con arrollar a otros como Santos Cerdán, Francina Armengol o el ministro Marlaska.
El PSOE tiene un problema porque ya se ve afectado por el ‘síndrome de las uvas’. En la novela picaresca del Lazarillo, el ciego comparte un racimo con el muchacho con la condición de que cada uno tome por turno solo una uva. Empiezan cumpliendo el pacto, pero el anciano se apresura a comerlas de dos en dos. Entonces, escribe Lázaro de Tormes, «no me contenté ir a la par con él: dos a dos y tres a tres y como podía las comía». Acabado el racimo, el ciego le dice con socarronería: «¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas».
La ‘koldosfera’ ha abierto la caja de las sospechas. Además, a Pedro Sánchez le alcanza de lleno por la responsabilidad ‘in vigilando’: él tenía la obligación de vigilar a los miembros de su Gobierno y de su partido. Lo mismo le ocurrió a Mariano Rajoy y lo pagó caro. Ya se sabe, «el que la hace la paga».