Los socios de Hunter Biden testifican sobre la presunta corrupción de su padres
NUEVA YORK. Hace cuatro años Joe Biden era un político respetado por su papel como vicepresidente de Obama y una larga carrera en el Senado que le imprimía experiencia. Tenía la habilidad de mostrarse como un hombre sencillo. No entusiasmaba a nadie, pero tampoco generaba fobias. Cuatro años demonizado por la oposición han conseguido cambiar esa imagen. Ahora se le asocia con todo lo malo que haya hecho su hijo, Hunter Biden, hasta pintarlo como el facilitador de su corrupción. La investigación para su ‘impeachment’ que lleva a cabo el comité de supervisión de la Cámara baja no prosperará, pero tiene como objetivo terminar de definirle como un político corrupto.
Este martes le tocó testificar a puerta cerrada nunca a Tony Bobulinski, un antiguo socio de Hunter Biden en el fondo de inversiones SinoHawk Holdings, que tuvo un ‘joint venture’ con la empresa energética China CEF. Biden dice que nunca le conoció, pero Bobulinski le ha acusado públicamente de mentir. «Si no te acuerdas de mí, pregúntale a tu hijo y a tu hermano», tuiteó. Ambos eran parte de esa empresa financiera a la que entraron «decenas de millones de dólares gracias a tener el apellido Biden» entre sus socios.
Según las transcripciones de su declaración, a las que tuvo acceso la cadena Fox y la revista ‘Newsweek’, Bobulinski declaró que la familia Biden se enriqueció utilizando su apellido para hacer tratos con los adversarios más peligrosos de Estados Unidos, «incluyendo al Partido Comunista Chino y actores de Rusia, Ucrania, Rumanía, Kazajistán y otras naciones y entidades extranjeras».
El exsocio de Hunter Biden, que también le acusa de haberle estafado, dice no ser una persona política, sino que solo quieren servir a su país con la misma intención con la que lo hizo en las Fuerzas Armadas como comandante de entrenamiento naval nuclear y funcionario jefe de tecnología en la agencia Nacional de Seguridad. En octubre de 2020 acudió voluntariamente a las oficinas del FBI en Washington para entregar varios teléfonos que contenían años de comunicaciones encriptados con numerosos miembros de la familia Biden y sus socios.
Dice haberse reunido en varias ocasiones con el propio Joe Biden tras dejar la vicepresidencia. «En Los Ángeles, en mayo de 2017, para discutir a grandes rasgos los negocios que trataban. La única razón por la que se reunió conmigo en privado y me sentó conmigo en la mesa de la cabecera durante la Conferencia Global del Instituto Milken es porque yo estaba asociado con su familia».