Heraldo de Aragón

Un Dakar impredecib­le con participac­ión aragonesa

● Por tercer año seguido, la zaragozana Lidia Ruba regresa al rally más duro del mundo como copiloto de su marido

- CARLOS ROSIQUE

MADRID. El Dakar, rey de los rallys de resistenci­a, ultima ya los preparativ­os de una nueva edición que empieza este viernes y que transcurri­rá por casi 7.900 kilómetros de Arabia Saudí, un país en el que pilotos de coches y motos buscarán asaltar a los vigentes campeones, Nasser AlAttiyah y Kevin Benavides, aprovechan­do la etapa de 48 horas por el Empty Quarter, el desierto más inhóspito de la península Arábiga.

El primer gran evento deportivo del año –junto al torneo de Brisbane– reunirá a los grandes pilotos de coches, motos y quads en torno a la península Arábiga, donde el catarí Nasser Al-Attiyah quiere conseguir su sexto Touareg –sería su tercero consecutiv­o– y controlar las embestidas del español Carlos Sainz, de los franceses Stéphane Peterhanse­l y Sébastien Löeb y del brasileño Lucas Moraes, tercero el año pasado en su primera edición.

También quiere revalidar su tercer Dakar el argentino Kevin Benavides, aunque no está a su máximo nivel tras fracturars­e en diciembre el peroné: en 2023, el argentino se llevó el trofeo a casa por apenas 43 segundos a costa del australian­o Toby Price, su compañero de equipo, quien intentará redimirse no sólo de Kevin sino también de su hermano Luciano Benavides, quien se alzó con el título de campeón mundial de motos de rally raid, dejando sin premio a Price.

La acción no tardará en empezar: este mismo viernes los corredores probarán la arena del desierto durante un prólogo de apenas 157 kilómetros que testará las sensacione­s de los más de 430 vehículos que compiten este año y que decidirá las posiciones de salida de la primera etapa.

En ella, el Dakar pondrá rumbo a Al Henakiyah en una etapa de 532 kilómetros que alejará a los participan­tes del mar Rojo y que los hará cruzar una zona desconocid­a de Arabia Saudí, antes de una segunda etapa con más de 662 kilómetros, 470 de ellos cronometra­dos, que recorrerá un terreno rápido excepto en el primer tramo, con treinta primeros kilómetros de dunas.

El rey de los rallys seguirá su camino hacia el sureste con otra larga etapa de 733 kilómetros –440 de competició­n y los demás de enlace– que llevará a los corredores hasta Al Salamiya. No tendrán respiro ni los motoristas ni los pilotos que rueden a cuatro ruedas puesto que el siguiente día la cuarta jornada partirá desde Al Salamiya para llegar a Al-Hofuf con 631 km incesantes y sin descanso.

Tras la quinta etapa, que llegará a Shubaytah en una corta especial de 118 kilómetros que se hará entre dunas, la carrera llega a su punto álgido antes del día de descanso que se desarrolla­rá en Ryad. Durante 48 horas, los corredores se adentrarán en el Empty Quarter, de donde no saldrán hasta dos días después de entrar.

Los pilotos conducirán desde primera hora de la mañana y hasta las 16 horas por el mayor desierto de dunas de la península Arábiga, momento en el que se tendrán que detener en el área de descanso más cercana, del total de seis que hay. Allí, pasarán la noche junto a un equipo mínimo de acampada, comida suficiente y sin conexión. Por la mañana, volverán a ponerse el mono y a conducir por las dunas hasta llegar a Shubaytah y encarar el día de descanso.

Por tercer año consecutiv­o y después de su incontesta­ble victoria el año pasado en el Dakar Classic, la zaragozana Lidia Ruba volverá al rally más duro del mundo. Y la novedad de este año es que, junto a su marido, el piloto Juan Morera, competirá con un Porsche 959, el modelo más mítico de la historia del rally más duro del mundo.

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MARCIN KIN/AFP7/EP Carlos Sainz, poniendo a prueba su coche antes del inicio del Dakar.

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