El Vaticano aclara que las bendiciones a parejas homosexuales no significan un «visto bueno»
ROMA. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano aclaró ayer que las bendiciones a los homosexuales, a los divorciados vueltos a casar y a las parejas que conviven sin haber pasado por el altar, aprobadas por el Papa el pasado 18 de diciembre, no suponen un «visto bueno» a estas formas de vida y ha pedido que sean breves, como máximo «10 ó 15 segundos» y que se realicen sin ningún tipo de ritual.
Así lo indica el dicasterio en un comunicado de seis páginas, publicado para ayudar a clarificar el documento ‘Fiducia supplicans’, que permite estas bendiciones, ante las reacciones que ha suscitado en algunas conferencias episcopales. «Las comprensibles manifestaciones de algunas conferencias episcopales sobre el documento tienen el valor de evidenciar la necesidad de un tiempo más prolongado de reflexión pastoral. Lo que han expresado esas conferencias episcopales no puede interpretarse como una oposición doctrinal, porque el documento es claro y clásico sobre el matrimonio y la sexualidad», subraya la nota aclaratoria, añadiendo que «no habría lugar para distanciarse doctrinalmente» de la misma «ni para considerarla herética, contraria a la tradición de la Iglesia o blasfema».
El dicasterio ha asegurado que esta declaración aprobada en diciembre por el Papa no cambia la «doctrina sobre el matrimonio» y que son los obispos los que pueden discernir «su aplicación según el contexto». Además, ha precisado que no se «aprueban ni justifican la situación en que se encuentran esas personas».
«Esta forma de bendición no ritualizada, con la simplicidad y brevedad de su forma, no pretende justificar algo que no es moralmente aceptable. Evidentemente, no es un casamiento, pero ni siquiera es un ‘visto bueno’ ni una ratificación de nada. Es solo la repuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios», apostilla.