Vecinos de Parque Venecia alertan de que «todo sigue igual» tras 6 meses de la histórica tormenta
● El Consistorio pidió 2,6 millones al Gobierno central por los daños y hará obras en el barranco de la Muerte ● El Lidl, la tienda más afectada, no podrá reabrir hasta Semana Santa
ZARAGOZA. La histórica tormenta del 6 de julio de 2023 quedará para siempre grabada en la retina de los vecinos de Parque Venecia. Los coches arrastrados por la riada que recorrió con furia el Tercer Cinturón; los conductores encaramados al techo de sus vehículos para intentar salvar su vida; el torrente de agua traspasando el muro del colegio María Zambrano donde horas antes decenas de niños jugaban en unas colonias urbanas... Cuando se espera tormenta miran al cielo «inquietos». Seis meses después, todo sigue prácticamente igual.
«Si volviese a caer una tormenta así estaríamos en las mismas», resumen José Antonio Andrés, presidente de la asociación de vecinos, y Juan José Carracedo, vocal de la asociación de madres y padres ‘Claros del bosque’. La sensación, dice este último, es que el problema ha sido tomado «a la ligera». «Parece que, como no hubo víctimas mortales, con esto les vale. Está todo parado», lamenta.
El Ayuntamiento ha llevado a cabo en estos meses varias medidas preventivas, entre las que destacan la sustitución de la boquilla del colector de agua, que ha pasado de medir 1,2 metros de diámetro a 1,8, y la instalación de sensores en el barranco de la Muerte, que permitirían alertar a las autoridades sobre episodios similares para que la respuesta de los equipos de emergencia fuera más rápida. Servirían, también, para tomar la decisión de cerrar el Tercer Cinturón si se estimara necesario por motivos de seguridad, tal y como incluirá el Ayuntamiento en el Plan Municipal de Protección Civil. Estos dispositivos se encuentran colocados junto a la infraestructura del AVE, por donde el barranco entra en la ciudad consolidada, y en la conexión entre el barrio y el centro comercial Puerto Venecia.
Las mayores intervenciones, a pesar de ello, siguen pendientes seis meses después. «No hay máquinas en la zona y ni siquiera sabemos cuándo empezarán las obras», afirma Andrés, que duda de que los trabajos puedan estar acabados antes de terminar el primer trimestre, tal y como les prometió el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano. «Hablamos de obras de envergadura. No es algo que pueda hacerse en un mes», señala Carracedo.