Heraldo de Aragón

Las carreteras de Aragón se cobraron 56 vidas en 2023, cuatro menos que el año anterior

De todos los fallecidos, ocho fueron peatones, cinco, motoristas y cuatro, ciclistas

- M. G. C.

ZARAGOZA. Las carreteras se cobran cada año su tributo en vidas y, aunque la cifra de fallecidos se mantiene o incluso desciende en algunas comunidade­s, como Aragón, cada vida perdida es una tragedia, igual que los que quedarán lesionados para siempre. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el director general de Tráfico, Pere Navarro, hicieron ayer público el balance provisiona­l de los siniestros viales de 2023 y facilitaro­n el número de víctimas mortales registrada­s en las 24 horas siguientes al accidente. En el caso de la comunidad aragonesa, fueron 56 las personas las que falleciero­n: 26 en la provincia de Zaragoza, 21 en la de Huesca y 9 en la de Teruel.

Son cuatro víctimas menos que en 2022, muy similares a las del último año prepandemi­a (en 2019 se registraro­n 53 fallecidos), aunque claramente superiores a las de 2020 (45 víctimas) y 2021 (40), cuando el bajón fue generaliza­do en toda España debido a la restricció­n del tráfico por el coronaviru­s. Y si se compara con los datos de 2014 (62 fallecidos), 2015 (54), 2016 (55), 2017 (58) o 2018 (64), se observa una tendencia regular.

Según el tipo de siniestro, la salida de vía sigue siendo el más recurrente, seguido de las colisiones frontales. El accidente más grave ocurrido en Aragón, por el número de víctimas mortales, se debió precisamen­te a un choque frontal entre dos turismos. Ocurrió el 27 de enero en Torralba de Ribota, donde murió un joven matrimonio –la mujer estaba embarazada de una niña–, y su niño de apenas 3 años. El accidente fue causado por otro conductor, que también falleció, que invadió el carril contrario.

Otro único accidente, registrado el 25 de noviembre, se llevó la vida de una pareja que viajaba en una moto muy cerca del casco urbano de Mequinenza. Otros dos motoristas falleciero­n en sendos siniestros ocurridos el 1 de julio, uno en Huesca y otro, en Teruel, al que se suma un tercero que murió en marzo en Zaragoza.

De las 56 víctimas, ocho fueron peatones y la mitad no transitaba­n por la calzada, sino que se habían bajado de sus respectivo­s vehículos a causa de una avería y terminaron siendo arrollados. Los otros cuatro atropellos mortales, tres se produjeron en travesías de distintos municipios y, en estos casos, las tres víctimas eran mujeres.

Cuatro fueron también los ciclistas que murieron a causa, principalm­ente, de la imprudenci­a de otros conductore­s, como sucedió el 1 de julio, cuando un vecino del Temple arrolló al alcalde de Zuera, Luis Zubieta, que circulaba con dos amigos por la carretera N-330 en el término oscense de Gurrea de Gállego. Ese mismo día se registraro­n otros dos fallecidos, un motorista que chocó contra una bionda en Villarroya de los Pinares (Teruel) y un conductor de un quad, de 32 años, moría en un camino de Senés de Alcubierre (Huesca).

En el resto de accidentes murieron mayoritari­amente los conductore­s de vehículos, tanto turismos como furgonetas o camiones, y, en cuatro de los casos, los acompañant­es. Los camioneros protagoniz­aron algunos de los siniestros más graves, como el ocurrido en octubre en el tramo sin desdoblar de la N-232 donde murió un conductor profesiona­l y otro sufrió lesiones muy graves.

Los datos provisiona­les de siniestral­idad vial –normalment­e la cifra aumenta cuando se contabiliz­an los fallecidos en un periodo de 30 días seguidos al accidente– se ofrecieron un día antes de que se ponga en marcha la tercera fase de la operación de tráfico de Navidad, que comienza a las 15.00 de hoy y acaba en la medianoche del domingo 7 de enero. La DGT recomienda tomar precaucion­es, en especial si se va a circular por zonas en las que se han activado avisos por nevadas.

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