La justicia europea anula una multa de 1.490 millones a Google
FALLO/ El TGUE considera que la Comisión Europea cometió errores al determinar la duración de cláusulas abusivas.
El Tribunal General la Unión Europea (TGUE) ha anulado una multa de 1.490 millones de euros impuesta por la Comisión Europea a Google en 2019 por abuso de posición dominante a través de su plataforma de publicidad AdSense for Search.
Aunque el fallo confirma “la mayor parte” de los argumentos del Ejecutivo comunitario, la multa ha sido desestimada porque el TGUE considera que Bruselas cometió errores en su apreciación de la duración de las cláusulas contractuales que había considerado abusivas.
Concretamente, asegura que “no tomó en consideración todas las circunstancias pertinentes” para determinar el tiempo en el que los editores habían estado sujetos a dichas cláusulas.
Además, el TGUE considera que la Comisión “no ha demostrado” que las cláusulas controvertidas hayan podido disuadir a los editores de usar intermediarios publicitarios competidores de Google o que hayan podido impedir a dichos rivales acceder a una parte significativa del mercado de intermediación publicitaria en las búsquedas .
El Tribunal General critica al Ejecutivo comunitario por haberse limitado a considerar la duración acumulada de las cláusulas firmadas con Google, sin verificar si durante la renovación o extensión de estos acuerdos los editores pudieron recurrir a intermediarios de publicidad competidores de Google o si tenían derecho de rescindir unilateralmente los contratos.
Hace una semana, la justicia europea confirmó otra multa de 2.424 millones de euros a Google
El fallo, que aún puede ser recurrido, llega solo una semana después de una sentencia definitiva que confirmó otra multa de 2.424 millones de euros a la multinacional por abuso de posición dominante en Google Shopping, su motor de comparación de productos.
La Comisión Europea determinó en 2019 que Google había abusado de su posición de dominio al imponer una serie de cláusulas restrictivas en los contratos con sitios web de terceros que impidieron a sus rivales colocar sus anuncios de búsqueda en esos sitios web.
Bruselas concluyó entonces que Google impuso primero una obligación de suministro en exclusiva que impidió a los competidores colocar anuncios de búsqueda en los sitios web más importantes desde el punto de vista comercial. Después introdujo lo que denominaba una “exclusividad relajada”, destinada a reservar para sus propios anuncios de búsqueda las posiciones más valiosas y a controlar los resultados de los anuncios de la competencia.
La CE impuso la sanción a Google en 2019 por prácticas anticompetitivas en publicidad