Borrell, por primera vez: Venezuela es un “régimen dictatorial”
La UE aún deshoja la margarita de cómo abordar la situación política en Venezuela tras las elecciones del 28 de julio, en las que tanto la oposición como el Gobierno de Nicolás Maduro se atribuyeron la victoria, en el caso de este último sin publicar las actas de los comicios y, por tanto, sembrando grandes dudas entre la comunidad internacional sobre su legitimidad democrática. Ayer, el Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, hasta ahora muy cauteloso con sus palabras, calificó por primera vez de “régimen dictatorial” al Gobierno de Venezuela. “En Venezuela hay más de 2.000 personas detenidas arbitrariamente después de las elecciones; el líder de la oposición ha tenido que huir; los partidos políticos se han sometido a mil limitaciones en su actuación; hay siete millones de venezolanos que han huido de su país. Bueno, usted a todo eso, ¿cómo le llama?”, señaló Borrell, para quien “naturalmente, esto es un régimen dictatorial, pero con decirlo no arreglamos nada. Lo que se trata es de intentarlo resolver”.
Las palabras de Borrell se producen en un contexto de alta tensión diplomática entre Venezuela y España. Después de que la ministra española de Defensa, Margarita Robles, calificara de “dictadura” el Gobierno venezolano, éste llamó a consultas la embajadora venezolana en Madrid, Gladys Gutiérrez, y al embajador español en Caracas, Ramón Santos. Una crisis diplomático que este fin de semana se agravó después de que el Gobierno de Maduro detuviera a un grupo de ciudadanos extranjeros, entre ellos dos españoles, acusándoles de estar implicados en una supuesta operación para cometer actos “terroristas”, entre ellos asesinar al propio presidente venezolano, y que según el régimen tendrían “vínculos” con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El Gobierno español negó ayer ninguna “operación de desestabilización política” en Venezuela y rechazó “rotundamente cualquier insinuación” al respecto. Según los familiares de los dos españoles detenidos, naturales de Bilbao, se encontraba en el país por turismo.