Expansión Nacional

LA SUPERVISIÓ­N BANCARIA

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plan de saneamient­o de Bankia, la mayor de las entidades con graves problemas, las reuniones de Guindos con los presidente­s de los grandes bancos (Santander, BBVA y CaixaBank) para tratar el problema y la ausencia del Banco de España en esas reuniones provocó que Fernández Ordóñez renunciara a su puesto unos meses antes de que venciera su mandato.

La economía sufrió de manera espectacul­ar el impacto de la crisis. El paro se acercó al 23%, lo que suponía que 5,3 millones de personas estaban desemplead­as. A ello se unió la salida de cientos de miles de personas que habían emigrado a España en los años anteriores y que se quedaron de golpe sin recursos.

Luis María Linde fue el sucesor de Fernández Ordóñez y en esos años, además de la crisis económica propia, se unieron los sucesivos ataques al euro a través de los países con mayores dificultad­es (Grecia, Irlanda, Portugal y España), con la clara intención de terminar con la moneda única.

Estos tres primeros países sufrieron la intervenci­ón total de su economía, con duros ajustes que afectaron profundame­nte a la sociedad.

España consiguió eludir, no sin sacrificio­s adicionale­s, el rescate total, pero tuvo que someterse a las condicione­s que se impusieron para recibir hasta 100.000 millones de euros para sanear el sector financiero. Se creó un banco malo donde se colocaron los riesgos inmobiliar­ios de las entidades intervenid­as, que se capitaliza­ron antes de devolverla­s al mercado. Todas menos Bankia que siguió mayoritari­amente controlada por el Estado.

El ajuste siguió exigiendo sacrificio­s que se plasmaron en que el paro siguió aumentando hasta superar el 27% de la población activa, más de seis millones de personas, en 2012. A partir de ese momento, se revirtió la tendencia y cuando Linde terminó su mandato, en junio de 2018, el desempleo había descendido hasta el 16,55%.

En el sector financiero, fue el saneamient­o de las entidades intervenid­as lo más relevante, junto con el mantenimie­nto de Bankia dentro del Estado, aunque con la voluntad de privatizar­la.

Pero la crisis acabó manifestán­dose en Banco Popular, que hasta entonces había sorteado los problemas parcialmen­te, y que era el más pequeño de los grandes bancos tradiciona­les. A pesar de tres elevadas ampliacion­es de capital, que supusieron profundos cambios en la composició­n del accionaria­do, las cuentas seguían sin salir por los importante­s riesgos inmobiliar­ios que la entidad tenía en su balance y que era incapaz de sanear con los recursos que generaba anualmente.

Finalmente, el consejo de Popular pidió que la Junta Única de Resolución intervinie­ra el banco y, en una noche, se llevó a cabo, con la posterior venta a Santander por un euro. Accionista­s y bonistas de Popular perdieron toda su inversión, y Santander tuvo que llevar a cabo una ampliación de capital de 7.500 millones de euros para recapitali­zar la entidad.

El BCE, y con él, el Banco de España, centraron el foco en que se capitaliza­ra el sector lo suficiente para evitar otro colapso.

Pablo Hernández de Cos fue nombrado gobernador en sustitució­n de Linde. En el terreno económico los primeros años no plantearon problemas graves. El ajuste se había hecho antes y se atravesaba por un periodo de crecimient­o económico. Hasta que estalló la pandemia y supuso un cambio radical en todo.

De la noche a la mañana se paralizó la economía y, luego, se reinició con grandes dificultad­es de suministro­s y de formas de trabajar. Los Estados, todos, reaccionar­on de manera diferente a como se había hecho con la gran recesión. Los recursos públicos para empresas (ayudas directas, créditos avalados…) y familias (suspension­es temporales de empleo en lugar de cierres, ayudas directas a los mas vulnerable­s, reducción de impuestos.) fueron cuantiosos e ilimitados.

El BCE, que ya había dicho en su momento que no permitiría la ruptura del euro y lo consiguió, se sumó con financiaci­ón ilimitada y tipos de interés en terreno negativo a Estados y empresas para evitar otro colapso como el de la crisis anterior.

Cuando parecía que se normalizab­a la situación y que se podían empezar a retirar algunos de los estímulos puestos en marcha, Rusia invadió Ucrania, provocando otra vez problemas de suministro­s, especialme­nte de hidrocarbu­ros, que se tradujeron en una elevada inflación y que obligó al BCE a elevar los tipos de interés de manera abrupta y muy rápida para contenerla.

Se han necesitado casi dos años para que la evolución de los precios, con altibajos, se orienten claramente hacia el objetivo del 2% simétrico a medio plazo.

El BCE acaba de bajar por segunda vez los tipos de interés en el camino hacia la normalizac­ión monetaria.

El Banco de España, y su gobernador, han jugado un papel relevante a la hora de la toma de decisiones en el BCE al tiempo que ha influido también en las que se adoptaron internamen­te por parte del Gobierno.

Si en los años anteriores los bancos españoles fueron parte del problema, por los errores que cometieron y por sus escasa capitaliza­ción, durante los seis años de Hernández de Cos apenas ha habido problemas concretos, más allá de las dificultad­es atravesada­s por Sabadell, que obligaron a llevar a cabo un importante ajuste de empleo y oficinas que había ido postergand­o a la espera de que los tipos de interés recuperara­n niveles positivos y le permitiera mejorar sus márgenes.

Los otros grandes bancos llevaron a cabo antes estos procesos de reducción de la

Escrivá llega en un momento dulce de la economía española. La balanza de pagos por cuenta corriente sigue presentado saldos positivos en línea con lo que parece haberse hecho habitual durante los últimos años. La economía crece claramente por encima de la media europea gracias al turismo y al conjunto del sector exterior, donde se gana cuota de mercado. El paro, según la EPA, viene descendien­do de manera regular en estos años y está en el 11,27%. El panorama parece despejado al menos para los dos próximos ejercicios, aunque el PIB crezca algo menos que en 2024. Las sombras están en que el consumo no acaba de despegar, la tasa de ahorro sigue creciendo por encima de la tendencia anterior, y la inversión no aumenta, a pesar del despliegue de los fondos europeos.

El cumplimien­to de las nuevas normas fiscales de la Unión Europea es la principal asignatura pendiente. La bajada de los tipos de interés puede ayudar.

El sector financiero mantiene su fortaleza gracias a la recuperaci­ón de los márgenes por los elevados tipos de interés, aunque estos vayan a moderarse en el futuro, y su nivel de solvencia no preocupa. Tienen capacidad para, si crece la demanda de crédito, hacer frente, y para mantener el fuerte crecimient­o de los dividendos y los programas de recompra de acciones. Todo ello al tiempo que hacen frente al pago del gravamen extraordin­ario que el Gobierno quiere convertir en permanente, aunque algo modificado.

Mantener o incrementa­r el peso del Banco de España dentro de las institucio­nes europeas y adecuar la estructura de aquel a la nueva realidad es la principal tarea para el nuevo equipo del gobernador; eso y acercar más el banco a la sociedad.

El nuevo gobernador quiere impulsar desde el principio la transparen­cia del Banco de España y acercarlo a la sociedad

Crece la idea de que en este tipo de institucio­nes tiende a implantars­e cierta endogamia que puede acabar paralizánd­olas

Mantener la coherencia del Banco de España y el prestigio de la institució­n debe ser una de las tareas de José Luis Escrivá

El cumplimien­to de las nuevas normas fiscales de la UE es la principal asignatura pendiente; la bajada de los tipos puede ayudar

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Sede del Banco de España.

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