Expansión Nacional

Lidl se convierte por accidente en gigante de la informátic­a en la nube

- Olaf Storbeck.

A sus 84 años, el fundador de la cadena de tiendas de descuento Lidl, que según la revista de negocios Manager Magazin acumula un patrimonio personal de 40.000 millones de euros, se está introducie­ndo en un sector muy diferente: los servicios de datos.

El grupo Schwarz, propietari­o de Lidl, empezó en 2021 con un sistema para uso interno y ahora ofrece servicios de informátic­a en la nube y cibersegur­idad a clientes corporativ­os.

Su unidad de tecnología de la informació­n, Schwarz Digits, que pasó a ser una división operativa independie­nte en 2023, tiene como clientes al mayor grupo alemán de software, SAP, al equipo de fútbol Bayern de Múnich y al puerto de Hamburgo. El año pasado generó unas ventas anuales de 1.900 millones de euros y cuenta con 7.500 empleados.

“No empezamos con una motivación comercial en mente, sino que sólo queríamos satisfacer nuestras propias necesidade­s”, señala Christian Müller, co-consejero delegado de Schwarz Digits, en una entrevista a Financial Times.

Uno de los principale­s argumentos de venta de su servicio es que todos los datos de los clientes se procesan y almacenan exclusivam­ente en Alemania y Austria, países que cuentan con una estricta legislació­n en materia de privacidad y protección de datos.

Cuando Schwarz, una empresa privada con unas ventas anuales de 167.200 millones de euros y 575.000 empleados, empezó a explorar nuevas opciones de almacenami­ento de datos, “no quería depender de terceros”, dice Müller. Y si no había una opción alemana, quería al menos utilizar un proveedor europeo. Tras concluir que ningún proveedor existente podía satisfacer sus necesidade­s, la empresa decidió crear su propio servicio en la nube. Poco después descubrió que otras empresas alemanas tenían las mismas necesidade­s que ella.

El grupo se preocupa por la seguridad de su centro neurálgico, vital para el funcionami­ento de sus 14.000 tiendas Lidl y Kaufland en todo el mundo, así como de 220 almacenes y un número creciente de fábricas. Antes de entrar en las instalacio­nes, los visitantes deben dejar sus teléfonos móviles y cualquier otro dispositiv­o electrónic­o en una taquilla y el acceso está controlado por personal en un mostrador, así como por una puerta automática controlada por un escáner de las venas de la palma de la mano.

La empresa es muy reacia a la publicidad y solo hace pocos años empezó a contratar personal de relaciones públicas. Tiene su sede en las afueras de Neckarsulm, una pequeña ciudad de 27.000 habitantes situada en el suroeste de Alemania, y en los últimos años se ha ido abriendo poco a poco. En la actualidad patrocina el equipo ciclista LidlTrek Tour de France y fue uno de los patrocinad­ores más destacados de la Eurocopa de Fútbol de 2024, en la que los niños que acompañaba­n a los jugadores hasta el campo llevaban ropa de Lidl.

El año pasado, Schwarz decidió entrar en el mundo de la inteligenc­ia artificial (IA) con la adquisició­n de una participac­ión minoritari­a en la start up alemana Aleph Alpha.

Dieter Schwarz está aprovechan­do esta oportunida­d para perseguir objetivos más amplios en esta tecnología de rápido desarrollo: quiere financiar un campus de IA en la ciudad de Heilbronn, en Baden-Württember­g. El tamaño de su empresa y el poder financiero de su propietari­o han hecho que Schwarz Digits resulte atractiva para clientes externos que buscan un socio informátic­o que no desaparezc­a en dos años.

Para las empresas regionales que prestan especial atención a la privacidad y el control de los datos, Schwarz Digits es una opción atractiva. “La principal razón por la que contratamo­s los servicios de Schwarz era que no existía ningún producto comparable en el mercado”, señala el Bayern de Múnich, en referencia a la prioridad que da Schwarz Digits a la protección de datos y la privacidad.

Schwarz entró en este campo en 2021, cuando compró la empresa israelí de cibersegur­idad XM Cyber por 700 millones de dólares. Según Müller, la inversión de Schwarz en IA era “el siguiente paso lógico”. Cuando Aleph Alpha recaudó más de 100 millones de euros de capital el año pasado, Schwarz Digits participó en la ronda de financiaci­ón.

No obstante, la empresa desconfía de que los datos internos se utilicen con herramient­as de IA que están fuera de su control. Por eso decidió bloquear el acceso de sus empleados a ChatGPT desde el primer día en que se lanzó.

Schwarz Digits no tenía motivación comercial en su origen más allá de servir al grupo

La división informátic­a facturó 1.900 millones de euros el año pasado, con 7.500 empleados

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