Banksy, el furor por un artista que vive en el anonimato En 2021, una de sus obras se subastó por 25,4 millones de dólares, la más cara hasta la fecha
Hay algo en Banksy que nos podría recordar a un justiciero enmascarado. El trabajo de este artista callejero, cuya identidad se desconoce, se forja entre las sombras y los callejones. Dejando en cada una de sus obras un mensaje político y crítico con la sociedad contemporánea, una mirada incómoda totalmente necesaria. Sin embargo, sus obras ya no forman parte del imaginario callejero. En 2021, en una subasta realizada por Sotheby’s en Londres, el cuadro Love is the bin (El amor está en la papelera) fue subastado por 25,4 millones de dólares, la más cara hasta la fecha. Banksy ya no es un artista punk.
Robo a plena luz
Desde el principio de su carrera, Banksy ha hecho un esfuerzo consciente para ocultar su identidad. Nunca ha revelado su rostro ni su nombre verdadero en público, y ha evitado entrevistas o apariciones donde pueda ser identificado, lo que ha contribuido a que sus cotizadas obras y el mito sobre su figura crezcan a diario.
La última travesura de este anónimo artista tuvo lugar el pasado martes 6 de agosto, cuando Banksy confirmaba en su cuenta de Instagram haber realizado varios murales con motivos de animales en Londres. El primero de ellos se ubicaba en una pared en la zona de Kew Bridge. La obra consistía en la silueta de una cabra a la que apuntaba una cámara de vigilancia mientras se mantenía en lo alto de una columna de la que se desprendían unas rocas. El segundo grafiti, ubicado en el suroeste de la capital, concretamente en las calles de Chelsea, mostraba la figura de dos elefantes que unían sus trompas