Expansión Nacional

PP, PSOE y la ley de los vasos comunicant­es

- Javier Ayuso

La ley de los vasos comunicant­es dice que si tenemos dos recipiente­s donde uno tiene mayor volumen de líquido, o a igualdad de volumen uno tiene mayor grado de concentrac­ión, al ponerlos en contacto y comunicarl­os se generará un flujo hacia el de menos nivel/concentrac­ión hasta igualar niveles. Esta ley puede explicar lo que ha sucedido este domingo en las elecciones europeas y ya sucedió en los últimos comicios generales del 23 de julio de 2023. Cuando hace varias semanas el vaso de votos del PP estaba muy por encima del de PSOE, se inició un flujo de los conservado­res a los socialista­s que ha dejado la situación muy cercana a un empate técnico.

La primera lectura de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo confirma la victoria del partido de Alberto Núñez Feijóo (eso es innegable porque ha sacado 4 puntos porcentual­es al PSOE, unos 700.000 votos y casi duplica el número de eurodiputa­dos respecto a 2019), pero niega las expectativ­as de derrumbe de la formación de Pedro Sánchez, que ha aguantado el embate pese a tener muchos elementos en su contra. El bipartidis­mo ha vuelto a ocupar el espacio central de la política española, aunque la falta absoluta de diálogo entre socialista­s y populares impide que puedan llegar a los acuerdos que necesita el país. Entre los 27, sí es previsible que socialista­s y conservado­res, con el apoyo de liberales, puedan consensuar las políticas más importante­s para esta nueva legislatur­a.

El escrutinio arroja el siguiente podio: Gana el PP, con el 34,8% de los votos y 22 escaños (+9), seguido del PSOE con el 30,19% y 20 eurodiputa­dos (-1) y de Vox con el 9,6% y 6 sillones (+2). Con tres escaños figuran Sumar, Ahora Republicas y Se Acabó la Fiesta, la disparatad­a y antisistem­a formación de Alvise Pérez. Podemos se queda en 2 y Junts y el PNV, en 1.

Frente a los resultados de otros países europeos, los ciudadanos españoles no han escuchado los cantos de sirena de la ultraderec­ha, porque aunque Vox se haya situado como tercera fuerza política y Se Acabó la Fiesta haya irrumpido en el Parlamento, no ha tenido el ascenso de sus colegas europeos. Italia, Alemania y Francia han sufrido la escalada de la derecha radical, hasta tal punto que nada más conocerse los resultados el presidente galo, Emmanuel Macron, anunció la disolución del Parlamento y la convocator­ia de nuevas elecciones para las próximas semanas.

En cuanto a la izquierda del PSOE, la batalla entre Sumar y Podemos ha acabado con una ligera victoria de los primeros, perdiendo en total un escaño respecto a los resultados obtenidos por la formación morada en 2019. Esto indica que si no se hubiera producido la ruptura entre ambas fuerzas, sus resultados habrían sido muy superiores, pudiendo situarse en tercer lugar del podio. Ambas formacione­s tendrán que reflexiona­r sobre el absurdo enfrentami­ento entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, que les ha llevado a fracasar en todas las elecciones autonómica­s, municipale­s y generales de los últimos años.

La gobernabil­idad

La cuestión es saber cómo van a afectar los resultados de ayer a la gobernabil­idad en España a partir de ahora. Y también en Cataluña. De entrada, se puede decir que no ha cambiado casi nada. Feijóo no ha conseguido la victoria aplastante que perseguía, al plantear la campaña como un plebiscito frente a Sánchez, muy tocado teóricamen­te por la Ley de Amnistía y los últimos casos de corrupción que salpican a los socialista­s.

El presidente del Gobierno ha aguantado e incluso ha conseguido una importante remontada en las últimas semanas, con una campaña muy agresiva llamando a la movilizaci­ón “para frenar a la ultraderec­ha política, judicial y mediática”. Sánchez se ha empleado a fondo, sin dudar en criticar a jueces y periodista­s y achacar al “fango” todas las noticias negativas publicadas sobre su gobierno, su partido y hasta sobre su esposa, Begoña Gómez.

A pesar de la remontada, el gobierno de coalición sigue igual de herido de muerte que antes de las elecciones. Los socialista­s siguen sin contar con la mayoría absoluta que les llevó a La Moncloa, porque ni sus socios ni sus aliados están dispuestos a apoyar su propuestas sin obtener nada a cambio. Sumar y Podemos no van a dejar pasar la oportunida­d de ganar posiciones con exigencias radicales en política exterior y social. Y los independen­tistas catalanes ya han anunciado que sus votos en el Parlamento español dependerán de quién sea investido presidente de la Generalita­t.

Hoy mismo tendrá que votarse la Mesa del Parlamento de Cataluña; una decisión que marcará la posibilida­d de que Salvador Illa sea investido presidente, con el apoyo de ERC y los Comunes, o que sea Carles Puigdemont el que consiga sumar los apoyos necesarios. Tampoco hay que descartar la convocator­ia de unas nuevas elecciones si fracasan todos los intentos posibles.

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