“Cada vez es más difícil que las empresas hagan ‘greenwashing’ ”
CRISTINA SÁNCHEZ Directora ejecutiva de la red del Pacto Mundial de la ONU en España/ El organismo de Naciones Unidas cumple 20 años acompañando a las empresas en su transición verde.
Pacto Mundial es la iniciativa de la ONU que lidera la sostenibilidad empresarial a nivel mundial. Presente en 160 países, cuenta con 22.000 empresas asociadas, 1.700 de ellas en España, el tercer país por número de socios, sólo por detrás de Francia y Brasil. Este organismo ejerce de asesor y divulgador de la sostenibilidad en las empresas, en particular de los 10 principios del Pacto Mundial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero, sobre todo, funciona como acompañante de la transición ecológica. Este año celebra sus 20 años de historia.
-¿Cómo han sido estos 20 años cuando hasta hace relativamente poco no se hablaba de sostenibilidad?
Hemos visto la evolución de la Responsabilidad Social Corporativa a la Sostenibiblidad Corportaiva. Lo que hemos hecho es aterrizar en qué tienen que trabajar las empresas para poner orden y claridad y ayudarles, especialmente, a entender el contexto que en Europa ha estado muy marcado por la oleada de legislación de los últimos años.
– España tiene la tercera red de socios de Pacto Mundial. ¿Las empresas españolas son referentes en la transformación sostenible?
Han evolucionado mucho en los últimos 4 o 5 años con toda esta ola legislativa. Las empresas son cada vez más conscientes del valor añadido que tiene en los mercados una estrategia de sostenibilidad ligada al negocio, por ejemplo, en apertura de nuevos mercados. La empresa española es
Cristina Sánchez es directora ejecutiva de la red del Pacto Mundial de la ONU en España.
“Puede que ciertos gestores se echen atrás por los negacionistas, pero eso no hará desaparecer lo conseguido hasta ahora” “A las firmas del Ibex les pedimos compromisos más concretos y más transparencia en algunos indicadores”
muy madura en esto, sobre todo en descarbonización y en temas de género.
-Pero la transición avanza a un ritmo lento. Hace unos meses se cumplió la mitad del plazo de los ODS y sólo se ha cumplido el 15%. ¿Hay que acelerar?
No se está avanzando al ritmo y ambición que se necesita. Ésa es nuestra principal petición para las empresas, tienen que identificar esos objetivos y tienen que ser ambiciosos, sobre todo en temas medioambientales y sociales.
– Todas las empresas del Ibex están asociadas a Pacto Mundial excepto Merlin. ¿Qué papel juegan estas empresas en la descarbonización?
El Ibex 35 no es representativo del tejido empresarial, pero sí son la fuerza tractora de la descarbonización. Hay un gran gap entre cómo están las empresas del Ibex, el resto de cotizadas y las pymes. A las del Ibex ahora les pedimos compromisos muy concretos y más transparencia en algunos indicadores de las memorias de sostenibilidad como la retribución por cuestiones de género.
– Por sectores, ¿cuáles son los más y menos avanzados?
Sin duda, el energético y el financiero son los que lideran la sostenibilidad corporativa y los que la tienen más integrada en el negocio. El sector tecnológico también está dando pasos importantes. En la cola vemos al agrolimentario, la distribución y el turismo. No es que no tengan compromiso, es que están menos presionados por otras legislaciones y mercados.
-¿Qué requisitos tiene que cumplir una empresa para ser considerada sostenible?
Lo principal es que la sostenibilidad sea trasversal a todos los departamentos. No es sólo tener un director de Sostenibilidad que reporte al CEO, tiene que haber una estrategia que incluya a todos los departamentos, desde el Financiero a Compras, RRHH... Ahí se demuestra la madurez de las empresas en este ámbito.
– Y para las que tienen casi todo por hacer, ¿por dónde empezar?
Lo primero es analizar dónde están los riesgos, ver qué se está haciendo en compras, identificar las políticas internas y los objetivos ESG de cada área. Hecho eso es cuando se puede comunicar, siempre de manera transparente, por ejemplo, a través de las memorias de sostenibilidad. Y es fundamental ir publicando los avances cada cierto tiempo.
– ¿Cómo se identifica una falsa política de sostenibilidad, el llamado ‘greenwashing’?
Cada vez es más difícil hacer greenwasing. Primero por las legislaciones, pero también porque la sociedad está a la defensiva con estos temas y porque los grupos de interés, especialmente los inversores, piden datos muy concretos que es imposible blanquear. Es difícil que una gran empresa hoy diga que hace una cosa y luego haga lo contrario.
-¿Hay una cierta ralentizacion de la ESG?
Hay cierta preocupación por un posible gobierno negacionista en EEUU, la invasión a Ucrania o la inestabilidad política en Europa por Israel y Palestina… Es posible que ciertos gestores puedan echarse para atrás por esas corrientes políticas, pero eso no hará desaparecer lo conseguido hasta ahora. En 10 años veremos todo el avance que es está consolidando aunque encontremos algún bache en el camino.