El informe Letta y la energía europea
El pasado miércoles 17 de abril, Enrico Letta presentó, junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el informe acerca de la integración del Mercado Único que le fue encomendado por el Consejo y la Comisión Europea en junio de 2023. El informe busca contribuir a la respuesta que la Unión Europea (UE) está articulando para sobreponerse a los últimos acontecimientos en la esfera internacional, como la transición ecológica y la pérdida de competitividad que la pandemia de la Covid o la invasión rusa de Ucrania han puesto en evidencia. El informe Letta ha de considerarse en conjunto con el informe que le fue encargado a Mario Draghi acerca de la competitividad europea, con el fin de poner fin a la tendencia de la reducción del peso de la UE en la economía global. Hoy por hoy, la UE solo representa el 13,3% del PIB mundial, en comparación del 20% que detentaba en 1993, fecha de creación del Mercado Único.
El informe Letta parte de una concepción transversal del Mercado Único como un instrumento capaz de solventar varias de las problemáticas que aquejan a la UE, más allá de las estrictamente relacionadas con lo comercial. Letta es fiel y conserva los principales valores centrales a la idea original del Mercado Único (libre comercio y apertura), pero insiste en la necesidad de incorporar a la dimensión europea los ámbitos inicialmente relegados a las competencias nacionales: telecomunicaciones, finanzas y energía, que ahora son determinantes para garantizar la sostenibilidad del modelo económico y social europeo. Únicamente su integración e incorporación garantizarán la seguridad económica y la competitividad de la Unión Europea frente a EEUU y China, no hay alternativa. Además, ello se torna indispensable para acometer una transición digital, verde y justa, una de las tres orientaciones que, para Letta, deberán guiar la agenda política europea en los próximos años, y que estructuran el informe. Las otras dos orientaciones restantes las integran el refuerzo de la seguridad y la defensa y el establecimiento de unas directrices claras para el proceso de ampliación. El manejo correcto de estas tres cuestiones será decisivo para evitar el rechazo y una reacción negativa por parte de la ciudadanía ante Europa.
Aun desconociendo cuál será su adopción por parte del Consejo de la UE, el informe Letta contiene propuestas potentes para el sector energético. Entre sus 140 páginas, la principal propuesta se concreta en una integración efectiva del mercado energético. La interconexión europea en este sentido es clave. Para ello, se apuesta por llevar la subasta de energías renovables a un nivel transnacional, lo que permitiría un aumento de la producción de energía con menores costes y de manera más eficiente; así como nuevos mecanismos de flexibilidad energética, por los cuales sea posible acudir a los generadores de los estados fronterizos en caso de una demanda local que exceda la capacidad de oferta. Un mercado eléctrico integrado reduciría en un 31% la necesidad de capacidad de almacenamiento en la UE, liberando capital para otras necesidades de transición energética.
De igual manera, Letta se hace eco de aquellas voces que abogaban por el refuerzo y la ampliación de las redes europeas, mediante el incremento de la financiación y de la coordinación de los cuatro Grupos Europeos de Alto Nivel (High Level Groups), establecidos para supervisar los Proyectos de Interés Común en el marco del reglamento TEN-E. El exprimer ministro italiano alude a dotar de mayores fondos al Mecanismo Conectar Europa como vía de financiación, al igual que por medio de bonos verdes de cara al largo plazo. Los bonos verdes constituyen un tipo de deuda, emitida por una institución pública o privada, cuyos réditos obtenidos van destinados a proyectos relacionados con el cambio climático. Con fecha 1 de agosto de 2023, la Comisión había emitido 44.2 billones de euros de bonos verdes como parte del programa NextGenerationEU, lo que convierte a la Comisión en el principal emisor global de bonos verdes.
Financiación
Con respecto a la cuestión de la financiación uno de los vértices primordiales del debate sobre la transición verde Letta reivindica la colaboración público-privada y el apoyo público a nivel europeo. Una de las principales herramientas sugeridas es que las ayudas estatales nacionales (state aid) se limiten y modifiquen para evitar continuar fragmentando el mercado interno. Los gobiernos deberían, siguiendo este esquema, destinar una parte de sus ayudas estatales a iniciativas comunitarias. En lo que a la inversión privada se refiere, una Unión de Ahorro e Inversión, haría posible canalizar la inversión no sólo hacia el sector energético, sino también a aquellos previamente identificados como estratégicos (telecomunicaciones y finanzas).
Otras aclaraciones relevantes son las referidas a las materias primas críticas: debe procurarse la diversificación de suministro de China la cual provee el 90% de los minerales para la fabricación de paneles solares, baterías, y otras tecnologías necesarias para la descarbonización de la economía , de manera paralela a un abastecimiento conjunto que asegure la continuidad del suministro y a la colaboración con otros ‘‘socios fiables’’ como Estados Unidos. En referencia a otras fuentes de energía, Letta advierte de la creciente dependencia de la energía nuclear en 2023, el 25% de la electricidad generada en la Unión Europea provenía de centrales nucleares ; llama a la revisión de las reservas de suministro de gas y propone la instauración de una red europea de hidrógeno.
A expensas de conocer cuál será la acogida por parte de las instituciones europeas del informe, su puesta en funcionamiento dependerá del siguiente Marco Financiero Plurianual, y del resultado de las próximas elecciones europeas. En todo caso, el informe Letta celebra la joya europea que es el mercado único, clama contra la aplicación inacabada de dicho mercado—en particular en el sector energético—y presenta propuestas ambiciosas a la par que vitales para el futuro de Europa.
Ángel Saz, director de EsadeGeo; Juan Moscoso Del Prado, senior Fellow de EsadeGeo