ChatGPT no soluciona dudas fiscales y recomienda contratar a un profesional
declaración con ellos. Los costes van desde 40 a 129 dólares, aunque la factura se va incrementando a medida que se complican los formularios.
En Estados Unidos ni siquiera la inteligencia artificial entiende un sistema tan analógico y enrevesado, en el que las normas se contradicen entre sí. Intuit Assist y AI Tax Assist, los chatbots de TurboTax y H&R Block –las dos plataformas más utilizadas por particulares–, no son capaces ni de responder a preguntas sencillas del tipo: ‘Si mi hijo estudia en otro estado, ¿dónde hay que pagar impuestos?’ En su descargo hay que reconocer que la respuesta no es tan simple, porque empezaría por un gran: “Depende de…”.
La experiencia no es muy distinta si se utilizan los grandes cerebros de silicio que han conquistado Wall Street y son capaces de generar una cartera de inversión, pero no pueden con la Agencia Tributaria. Ni siquiera ChatGPT se atreve con la materia. Y cuando se le hace una consulta, su respuesta no puede ser más sincera: “Es importante consultar con un asesor fiscal o un profesional de impuestos para obtener orientación específica sobre tu situación, ya que las leyes fiscales pueden ser complejas y pueden variar según el estado”.
Muchos usuarios ya han presentado sus declaraciones confiando en el asesoramiento de los chatbots, antes de darse cuenta de que estaban en modo prueba y ahora se enfrentan a posibles sanciones por errores. Afortunadamente para ellos, la Agencia Tributaria de EEUU solo audita al 0,3% de los contribuyentes y este año el foco está puesto en las grandes fortunas.