Cataluña sufre una terrible sequía mientras el Ebro tira agua al mar
La Generalitat ha declarado la emergencia por sequía en Cataluña, afectando a seis millones de personas de las áreas de Barcelona y Girona. El consumo queda limitado a un máximo de 200 litros por habitante y día. Cataluña realiza un esfuerzo constante de acciones desesperadas para conseguir que los embalses no lleguen a cero. Desde prohibir ducharse en los gimnasios a cortar árboles en las cuencas de los ríos, pasando por comprar contenedores de agua en Francia.
A partir del próximo 11 de marzo, se va a reducir la presión del agua de los grifos en siete municipios de la zona del Área Metropolitana de Barcelona. Lo realmente preocupante es lo que vendrá después si la situación no mejora. En los próximos meses se verán cortes de agua cada vez más generalizados y presiones en mínimos históricos.
Las borrascas de las últimas semanas han hecho crecer el nivel del río Ebro. A su paso por Tudela, en Navarra, alcanzó su pico máximo inundando bajos y garajes en el casco viejo. Los bomberos han trabajado sin descanso para achicar el agua.
Desde el inicio de siglo, el pueblo navarro de Buñuel, con algo más de 2.000 habitantes, ha sufrido un total de cinco grandes riadas: 2003, 2015, 2018, 2021 y, de nuevo, 2024. En esta ocasión el agua no ha llegado a las viviendas, pero se estima que se han inundado más de 1.500 hectáreas de cosechas, con sus consecuencias a largo plazo. El agua no sólo pudre las cosechas, sino que también rompe con los ciclos de cultivo e impide a los agricultores poder hacer uso de sus parcelas hasta pasados varios meses. Vecinos y agricultores acusan a la Confederación Hidrográfica del Ebro y a su inacción en la limpieza del cauce del río.
La crecida pasó por los pueblos ribereños de Aragón (Novillas, Gallur, Alcalá, Pradilla, Cabañas y Boquiñeni), y llegó a Zaragoza durante la tarde-noche del viernes 1, donde se esperaban valores entre 1600 y 1900 metros cúbicos por segundo (m3/s). El Ministerio de Defensa movilizó a la Unidad Militar de Emergencias y se activó el Plan Especial de Protección Civil de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones en fase de emergencia nivel 2 debido a la previsión de crecida del río Ebro a su paso por Aragón. El Ayuntamiento de Zaragoza también activó el plan de emergencia.
La Confederación Hidrográfica del Ebro lleva gestionando los embalses Ullibarri y Urrúnaga, en el País Vasco; Eugi, Alloz, Itoiz y Yesa, en Navarra, Mansilla, en La Rioja y en el Sistema de Mequinenza, Ribarroja-Flix con el objetivo de reducir los caudales máximos aguas abajo y el impacto de los desbordamientos.
Esta crecida no llegará a la magnitud del año 2018 ni a la de 2021, aunque sí se registrarán cifras de 1.600 metros cúbicos por segundo, lo que permite considerarla extraordinaria. Las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro es que en Castejón (Navarra) se llegará a registrar un pico de 2.200 metros cúbicos por segundo, dato que sirve como referencia a los municipios de la ribera del Ebro. En la crecida de 2021 se alcanzaron 2.500 metros cúbicos por segundo.
Trasvase de emergencia
El Gobierno ha decidido el envío de agua desalada desde Valencia a Barcelona, aunque la ministra Teresa Ribera ha matizado que se trata de una solución “no sostenible”. Cuatro colegios profesionales de Cataluña (ingenieros de caminos, ingenieros agrónomos, ingenieros industriales y economistas) han propuesto el trasvase desde el Ebro a través de una interconexión de 70 kilómetros con una tubería entre el Camp de Tarragona y la cuenca del Ter-Llobregat, en Barcelona. Pero la Generalitat catalana ha descartado totalmente esta solución.
Los barcos que pueden transportar agua a Barcelona tienen una capacidad de almacenamiento medio de 40.000 metros cúbicos de agua (40 millones de litros), lo cual equivale al consumo de 190.000 personas. En el área metropolitana de la Ciudad Condal se consumen de media 500.000 metros cúbicos de agua al día (500 millones de litros), lo que significa que cada barco de éstos podría transportar el consumo aproximadamente del 8% de esa demanda, y se necesitarían 12 barcos al día para cubrirla casi por completo.
En esta crecida por el pueblo de Castejón, en Navarra, han pasado 2.200 metros cúbicos de agua por segundo. En 19 segundos, por el río ha pasado el agua necesaria para llenar un barco de 40.000 metros cúbicos. No hay que olvidar que el coste aproximado del transporte de un buque cisterna es de un millón de euros. La previsión es enviar un barco al día, o sea 20 barcos al mes, con un coste de 20 millones mensuales. Se va a ver la imagen incomprensible de barcos cargados con agua pasando cerca de la desembocadura del río Ebro, que bajará con su caudal intacto, porque los políticos no han considerado necesario aprovecharlo contra la sequía de Cataluña. La Generalitat y el Gobierno central siguen diciendo no al trasvase.