Xi Jinping resistirá la presión para redoblar el estímulo a la economía
Los delegados se preparan para la Asamblea Popular Nacional mientras Pekín se enfrenta a obstáculos geopolíticos, demográficos y económicos.
Según los analistas, Pekín resistirá la creciente presión de los mercados para que aumente los estímulos con el fin de impulsar la recuperación económica de China en su principal evento político anual de esta semana. Mientras, el presidente Xi Jinping centra sus esfuerzos en convertir al país en una superpotencia manufacturera avanzada. Miles de delegados acuden a Pekín para asistir a la sesión inaugural de la Asamblea Popular Nacional (APN), el parlamento chino. Se espera que el número dos de Xi Jinping, el primer ministro Li Qiang, presente hoy un informe en el que se enumerarán los objetivos de crecimiento económico y gasto militar, así como las prioridades políticas.
La APN será sometida a escrutinio en busca de indicios sobre cómo el Partido Comunista, que este año celebrará el 75 aniversario de la República Popular China, tiene previsto hacer frente a los múltiples desafíos geopolíticos, demográficos y económicos.
Entre ellos se encuentran la crisis del sector inmobiliario, la presión deflacionista y la pérdida de la confianza de los inversores, con una inversión extranjera directa en 2023 en mínimos históricos y caídas bursátiles este año. Preocupa también la mayor resistencia de Europa y Estados Unidos a las exportaciones chinas, especialmente de vehículos eléctricos.
Ausencia
A diferencia del pasado, Li no ofrecerá la habitual rueda de prensa que solía ofrecer el presidente cada año al término de la sesión desde 1993, según informó ayer Lou Qinjian, portavoz de la APN.
El evento, aunque celosamente organizado, era una de las pocas oportunidades que tenían los medios extranjeros y nacionales de interactuar con los dirigentes de China. “El único canal [popular] para dialogar con los altos dirigentes está ahora cerrado”, reconoce un asesor del gobierno.
“Abandonar esta práctica por primera vez en más de 20 años, en un momento en que hay muchas dudas sobre las perspectivas de la economía china y la capacidad del gobierno para abordarlas, no inspira precisamente confianza”, lamentó David Bandurski, director del China Media Project.
Las Dos Sesiones –en referencia a la APN y a su órgano consultivo afiliado, la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino– se prolongarán entre una y dos semanas. Aunque la APN tiene poca autonomía, Pekín normalmente la utiliza para aprobar leyes, anunciar cambios de personal y refrendar sus políticas.
Xi fue investido para un tercer mandato sin precedentes como presidente en la sesión del año pasado, en la que acusó a EEUU de “reprimir” a China. Se espera que este año Xi se muestre más comedido en cuanto a la relación con
Washington, después de reunirse con el presidente Joe Biden en noviembre en San Francisco.
El portavoz del CNP, Lou, declaró que Pekín esperaba una mejor cooperación con Washington tras las próximas elecciones de EEUU.
Los analistas creen –basándose
en las previsiones del Producto Interior Bruto (PIB) provincial para este año– que Li fijará un objetivo de crecimiento del 5% para la economía nacional. Esta cifra sería similar a la del año pasado, que fue la más baja en décadas.
No obstante, en 2024 será más difícil de alcanzar según los analistas. La cifra de crecimiento del 5,2% del año pasado se justificó por una ralentización de la actividad derivada de la pandemia del año anterior.
Thomas añadió que cualquier propuesta de este tipo sería relativamente comedida. “No parece que Xi vaya a recurrir a estímulos masivos o nuevas estrategias para intentar reactivar el crecimiento. Xi ve los actuales vaivenes económicos de China como el mal a corto plazo necesario para alcanzar la ganancia a largo plazo de su visión de un ‘desarrollo de alta calidad’”.
Política fiscal
El órgano de dirección del partido, el politburó, ofreció un posible adelanto del informe de trabajo de Li la semana pasada, cuando anunció tras su reunión mensual que “la política fiscal proactiva debe intensificarse adecuadamente” y habló de una “política monetaria prudente”.
Según los economistas, esto indicaba que Pekín sólo tiene previsto introducir estímulos moderados para apoyar el crecimiento. Muchos economistas sostienen que se necesitan medidas más enérgicas dirigidas al consumo para sacar a la economía del estancamiento.
Para lograr un crecimiento del 5%, Pekín seguramente se vería obligada a superar su objetivo habitual de déficit fiscal del 3% del Producto Interior Bruto por segundo año consecutivo, según los analistas. Aunque normalmente se destinaría a infraestructuras y vivienda a través de las autoridades locales, algunos creen que Pekín invertirá más dinero en la fabricación avanzada.
“En lugar de centrarse en las infraestructuras o en el mercado inmobiliario en sí, creo que la atención se desviará a política industrial de China. Así que es ahí donde espero que vaya el gasto extra”, explica Heron Lim, economista de Moody’s Analytics.
Logan Wright, de Rhodium Group, que estimó que el crecimiento el año pasado fue de sólo el 1,5%, declaró el jueves en un seminario web del CSIS que esperaba que repuntara este año hasta el 3,5% a medida que se estabilizara el mercado inmobiliario y se recuperara el consumo. Pero predijo un aumento de las fricciones comerciales a medida que China invirtiera en exceso de capacidad.
“Una de las historias clave de este año serán las exportaciones de China al resto del mundo, especialmente en vehículos eléctricos, paneles solares y sectores que se han beneficiado de la política industrial china”, afirmó este experto.
Pekín se enfrenta a la crisis inmobiliaria, la presión deflacionista y la caída de la inversión
Preocupa la resistencia de Europa y EEUU a exportar coches eléctricos chinos