El ‘patchwork’ de Abrdn
Si la gestión de fondos británica tiene un monstruo de Frankenstein, Abrdn es el que mejor encaja. La unión de Standard Life y Aberdeen Asset Management en 2017 pretendía ofrecer protección frente a la amenaza de la inversión pasiva. El resultado es una empresa gigante y de lento avance que gana poco con su negocio principal de fondos.
El consejero delegado, Stephen Bird, desveló ayer nuevas medidas para reinyectar vida en Abrdn. Los recortes en servicios centrales eliminarán 150 millones de libras (175 millones de euros) de costes y unos 500 puestos de apoyo para 2025. Bird espera que, cuando los ingresos de Abrdn se recuperen, la reducción de los gastos generales ayude a elevar los márgenes de beneficio al nivel de sus competidores. Es mucho suponer, dado el implacable asalto que sufre la gestión activa.
Desde la creación de Abrdn, han desaparecido unos 10.000 millones de libras de valor. El precio de sus acciones ha evolucionado un 55% por debajo del del índice de gestoras de activos del Ftse durante este periodo. Abrdn tiene tres componentes de negocio: inversiones, asesores y personal. Obtiene sólidos beneficios en su negocio de plataforma para asesores de inversión y en su plataforma minorista (personal) Interactive Investor. Sin embargo, sus 367.000 millones de libras de activos gestionados principalmente de forma activa apenas le reportan rendimiento, obteniendo un beneficio de explotación de sólo 26 millones de libras en el primer semestre. Hay que reconocer que Abrdn ya ha eliminado unos 400 millones de libras de costes de la división desde su fusión. Las comisiones se han reducido a la mitad. Depender de que una mejora de las condiciones del mercado cierre la brecha con el mercado es ser optimista. Bird ha ganado tiempo poniendo parches. Los accionistas que empuñan horcas pueden pedir una cirugía más radical.
La acción de ASML sigue prometiendo
Se avecina un nuevo ciclo de los chips? El récord de pedidos de 9.200 millones de euros a ASML, el fabricante neerlandés de equipos para la fabricación de chips, sugiere que puede haber un nuevo
boom en el horizonte.
En un año de lenta venta de los inventarios de
smartphones y PC, y en el que cayó la utilización de la capacidad de fabricación de otros semiconductores, ASML aumentó un 30% las ventas a 27.600 millones de euros. Eso refleja su posición dominante en el mercado, con pedidos que superan con creces su capacidad de producción.
A pesar de que espera perder un 10%-15% de las ventas a China por las duras regulaciones, ASML apuesta por un nuevo boom de los chips en 2025. La facturación del cuarto trimestre superó en unas tres veces las previsiones de los analistas. La mayoría de los nuevos pedidos son de las máquinas EUV de la empresa, que deberían elevar los márgenes brutos a entre el 54% y el 56% en 2025.
En las estribaciones de un
boom cíclico, su valoración parece atractiva. A 25 veces los beneficios de 2025, ese múltiplo podría mejorar a medida que la recuperación se vaya perfilando. Además, su posición de casi monopolio en la litografía avanzada, le proporciona una ventaja considerable, protegiendo su rentabilidad. Incluso después de una racha sólida, sus acciones prometen.