El BCE pelea hoy por enfriar las expectativas de recortes de tipos
Demasiado pronto. Los recortes del precio del dinero llegarán, pero no tan rápido como espera el mercado. Esa es la postura que ha adoptado el Banco Central Europeo (BCE), que se reúne hoy en Fráncfort en una nueva cumbre de política monetaria.
La autoridad monetaria ha observado desde diciembre cómo los inversores acumulaban apuestas sobre el inicio de un ciclo temprano y agresivo de bajadas de los tipos de interés, un movimiento que puede poner en jaque su batalla contra la inflación. Porque si se posicionan para los recortes del precio del dinero, las condiciones de financiación se relajan.
En su cita de hoy, la autoridad monetaria europea recalcará que los nuevos datos siguen en línea con su plan y que la transmisión de la política monetaria, necesaria para reconducir la inflación al objetivo del 2%, es fuerte, pero que necesita más tiempo para alcanzar su objetivo.
Ganar tiempo
Ante la falta de un convencimiento total sobre si podrían surgir imprevistos que impidan recuperar la estabilidad de precios en el tiempo previsto, los miembros del BCE tratarán de mantener las condiciones de financiación en terreno muy restrictivo, con los tipos en el 4,5%, máximos desde 2001. En la intervención de hoy, buscarán dar continuidad a los últimos discursos dirigidos a enfriar las expectativas.
El paso más notorio en ese sentido lo protagonizó la semana pasada la presidenta, Christine Lagarde, al señalar, en una entrevista en la cumbre de Davos, que ve la primera bajada de los tipos de interés en verano de este año. Es la primera vez que la máxima autoridad del BCE apunta una fecha para la reducción del precio del dinero, si bien manifestó que era su percepción personal.
La señal de que en verano podrían llegar los recortes de las tasas no aporta excesiva información al mercado, que ya otorga una probabilidad del 100% a que para junio la autoridad monetaria habrá bajado los tipos. Sin embargo, la finalidad del torpedo de Lagarde no era dar un paso más con nueva información sobre el recorte del precio del dinero, sino contener las apuestas de los inversores que ponen una fecha temprana a este movimiento. Tras su discurso, prácticamente se descarta un recorte en marzo y se concede una probabilidad del 50% a que ocurra en abril.
Como Lagarde, otros miembros del Comité Ejecutivo también habían tratado de enfriar la convicción de los inversores. El economista jefe del BCE, Philip Lane, considerado una paloma monetaria, ha indicado recientemente que las rebajas del precio del dinero “no son un tema de debate a corto plazo”. También lo apoyó Isabel Schnabel,
Necesita ganar tiempo y tener un convencimiento total de que la inflación vuelve al objetivo
miembro del Comité Ejecutivo y halcón, al apuntar que “es demasiado pronto para hablar de bajadas de los tipos”.
Si nada cambia, en marzo, tal y como informó EXPANSIÓN, el BCE ajustará a la baja sus proyecciones de inflación, que reflejarán que el objetivo de inflación del 2% se alcanzará en 2025.
A partir de ahí, y siempre pendientes de la evolución del dato de remuneración por empleado del primer trimestre como el principal pilar sobre el proceso desinflacionario, podrán ponerse sobre la mesa las bajadas del precio del dinero, ya sea en verano como apuntó Lagarde o antes, si la inflación así lo permite.