Redes y soberanía en las ‘telecos’
Telefónica prepara la sustitución de la china Huawei del núcleo central (el core) de su red 5G en España. Así, ya habrá tomado la decisión de eliminar la tecnología china de los core de sus cuatro grandes mercados: España, Brasil, Alemania y Reino Unido. Y, en España, no le quedará tecnología china en su red móvil, ya que los 20.000 equipos de radio que tiene desplegados por el territorio son de Ericsson y de Nokia, ambas europeas. Sin embargo, la inquietud que genera el uso de proveedores chinos –muy vinculados a un gobierno que no comparte los valores democráticos de Occidente–, en las redes de telecos europeas, no se solucionará fácilmente. Si el temor –como sostienen EEUU y sus aliados anglosajones– es que el uso de tecnología china pueda ser una puerta de entrada a espionajes o sabotajes patrocinados por Pekin, la respuesta debería ser mucho más radical. También las redes fijas de todas las telecos están repletas de tecnología china. Pero Europa se debate en el dilema entre alinearse con EEUU o no irritar demasiado al Gobierno chino, que tiene la llave de un inmenso mercado. O sea, soplar y sorber a la vez. Eso es lo que ha hecho el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha incumplido su propia norma de ciberseguridad 5G, al no concretar si existen proveedores de riesgo en España ni fijar las zonas críticas de exclusión de la tecnología sospechosa. Y no parece que el nuevo Gobierno vaya a tomar decisiones sobre este asunto, algo que sólo podría proceder de Europa. Además, el debate sobre los riesgos para la soberanía europea de la presencia china en redes críticas como el 5G se produce al mismo tiempo que la entrada de otros inversores de países no europeos. En concreto es destacable la importante entrada de capitales árabes como Saudi Telecom Company (STC) o e& en el accionariado de Telefónica o Vodafone, respectivamente. También estamos asistiendo a una significativa entrada de capital riesgo no europeo, siempre cortoplacista, en infraestructuras críticas como las redes troncales. apalancadas; la incertidumbre geopolítica internacional; la inestabilidad regulatoria y fiscal en España, que daña la seguridad jurídica, que es un bien primordial para los inversores; y las incertidumbres en la coyuntura macro y micro, que también afectan a las expectativas de valor de los vendedores, dificultando casar oferta y demanda. Algunos de estos factores son comunes al sector a nivel internacional, y ello está obligando a las gestoras a buscar soluciones innovadoras para mover las operaciones. El informe de noviembre del observador británico sectorial, Private Equity Insights, destaca algunas prácticas recientemente utilizadas en España para ello. Entre ellas, los vendor loans (préstamos otorgados del vendedor al comprador), como el de 900 millones de euros concedido por Vodafone a Zegona, la introducción de más earn outs (pagos aplazados en función del logro de objetivos financieros o comerciales) y las inversiones minoritarias con derechos de toma de control y estructuras de capital híbridas.