El laberinto de Naturgy: de Pimpinela al primo de Zumosol
TRAS LA RUPTURA DE LA NEGOCIACIÓN DE TAQA Y CRITERIA PARA UNA OPA A NATURGY SE ABREN VARIOS ESCENARIOS, TODOS COMPLEJOS. LA SOLUCIÓN NO ES FÁCIL.
La ruptura de la negociación de Criteria –el hólding de La Caixa– y Taqa, la energética de Emiratos Árabes, para el control conjunto de Naturgy, tras una opa que hubiera facilitado la salida a GIP y CVC, deja a Naturgy en una encrucijada accionarial. Es el peor laberinto societario del sector energético en décadas en España, porque todas las vías tienen pros y contras.
Naturgy siempre ha sido una empresa compleja y su accionariado más. Para entenderlo hay que remontarse a 2009. La empresa, que por entonces se llamaba Gas Natural, era la primera gasista. Decidió comprar Unión Fenosa y así también se convirtió en la tercera eléctrica, haciendo del grupo un caso único, reflejado en su nombre: Gas Natural Fenosa. Era el más largo del sector y tan difícil de gestionar como el negocio: la combinación de servicios de luz y gas.
Por entonces, los mayores accionistas eran La Caixa y Repsol, que dominaban más del 60% de forma conjunta gracias a otra singularidad: sin necesidad de una opa de control por haberse acogido a una excepcionalidad legal.
L Desblindar para blindar
En 2016, el fondo GIP entró con un 20%, adquirido a La Caixa y Repsol. Más allá de la obtención de plusvalías, no se ofreció ninguna una explicación de por qué vendierona GIP. Un argumento que se barajó era evitar que alguien lograra el control de Gas Natural de forma indirecta, haciéndose con Repsol, algo que ya intentaron años antes Pemex y Sacyr. Paradójicamente, era desblindar la puerta delantera de Gas Natural para blindar la de atrás.
L La espada de Damocles
Lo cierto es que La Caixa y Repsol rompieron un pacto parasocial que les permitía el cómodo control de Gas Natural, dando lugar a partir de ahí a un baile en el capital. Meses más tarde, entró CVC, con otro 20%. Tanto GIP como CVC entraron a 19 euros,
un precio que ahora es su gran espada de Damocles.
Por debajo, acumulan minusvalías. Ayer, Naturgy cotizaba muy cerca, a 20 euros, tras desinflarse por la no opa de Taqa. El nerviosismo de GIP y CVC, que hace tiempo cumplieron su periodo habitual de rotación de inversiones en Naturgy, crece de forma proporcional a la caída de la acción.
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Tras la ruptura de Taqa y Criteria, y con GIP y CVC nerviosos, se abren varias alternativas, a cada cual más compleja. Una es obvia: que Criteria retome la negociación con Taqa, como dos enamorados condenados a entenderse a pesar de desavenencias compulsivas, a modo de síndrome Pimpinela. Cada día que pasa, más difícil resulta, porque habría que renegociar precios, no solo rebajar pretensiones de quien lidera el control.
‘Síndrome Pimpinela’ L El primo de Zumosol
Criteria, que ya ha creado sintonía con la Sepi en Telefónica, podría abrir la puerta a incorporar a este hólding estatal a Naturgy, para que la protegiera incondicionalmente, a modo de primo de Zumosol. Pero eso no permite salir a CVC y GIP, al menos totalmente. Además, si la Sepi compra en el mercado agravaría el problema de escaso free float de Naturgy.
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IFM, que tiene el 15% de Naturgy, no ha tenido una buena relación con Criteria nunca. Ambos tienen motivos
Por conveniencia
para sospechar del otro. Pero si apartaran las diferencias (dividendos, gobierno corporativo...) quizás podrían entenderse. El pasado lunes, Criteria dejó entrever la posibilidad de “sentarse” con IFM si su propuesta fuera razonable.
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Siempre queda la alternativa de volver a la casilla de salida. El plan Géminis, de escisión de Naturgy en dos, como ventana de salida de los fondos podría reactivarse. O podría buscarse un novio alternativo a Taqa. Candidatos no faltan. En el mercado se barajan, entre otros, a la petrolera francesa Total.
Taqa y otro ‘Géminis’ L Dividendo, el paracetamol
A falta de una solución definitiva, el dividendo es el paracetamol que calma el dolor. Ningún accionista quiere bajarlo.
Francisco Reynés, que en 2018 rebautizó a Gas Natural como Naturgy, deberá volver a reinventar el grupo, con un nuevo plan estratégico más allá de 2025 en el que, sin duda, el mayor dividendo volverá a ser la medicina que rebaje la tensión. De todos.
Volver a negociar con Taqa, otro socio, dar entrada a Sepi o más dividendo, entre las soluciones