Cos alerta del deterioro de la confianza en las instituciones españolas
El gobernador del Banco de España alerta de que la caída de la confianza y de la calidad institucional que se ha producido en España, más acusada que en otros países, “afecta de forma negativa al crecimiento a largo plazo”.
Pablo Hernández de Cos, cuyo mandato de seis años como gobernador del Banco de España expira el próximo 11 de junio, firmó ayer la que será su última carta de presentación del Informe Anual de la institución. Lo hizo, como siempre, con un exhaustivo repaso a las fortalezas (que las tiene) y debilidades (que también son muchas) de la economía española, desgranando sus recetas para impulsar su potencial de crecimiento a medio y largo plazo y alertando sobre los riesgos que pueden dificultar ese avance. Y entre ellos sobresale la pérdida de confianza en las instituciones españolas. “Desde la crisis financiera se ha producido en nuestro país una caída en la confianza en las instituciones y en la percepción de su calidad; un deterioro que habría sido más acusado que el observado en otros países de nuestro entorno”, advirtió Hernández de Cos en el preámbulo del informe, en el que deja meridianamente claro que “el grado de confianza que generan las instituciones en los agentes económicos son un determinante fundamental del crecimiento a largo plazo”.
Su advertencia se produce en un escenario de creciente crispación política y social en España y apenas un día después de que Pedro Sánchez despejara la incógnita sobre su continuidad, tras un amago de dimisión y un paréntesis de cinco días en su agenda pública para reflexionar. Un lapso del que ha retornado prometiendo impulsar “una reflexión colectiva que abra paso a la limpieza y a la regeneración” y que sus socios parlamentarios han interpretado con una puerta abierta a reformar el Poder Judicial aun sin contar con el principal partido de la oposición, el PP.
En este escenario de cada vez mayor polarización e inestabilidad políticas, el Banco de España alerta de que, de acuerdo con la evidencia empírica, “las pérdidas de confianza en las instituciones tienden a ser relativamente duraderas, por lo que sus efectos económicos también pueden presentar una elevada persistencia”, y reclama un giro para revertir esa situación y “reforzar la calidad y la confianza en las instituciones españolas”, ingredientes indispensables para atraer (y retener) inversión y favorecer la innovación.
Todo ello en un contexto en el que si bien la economía española ha mostrado una nota
ble resiliencia hasta ahora, “creciendo significativamente por encima de la media del euro y de las expectativas iniciales”, señala De Cos, y que seguirá creciendo a tasas relevantes en el próximo trienio, su avance se ralentizará por efecto de “la acusada debilidad de la inversión y el pobre desempeño de la productividad”, lo que sumado al “agotamiento de algunos vientos de
cola” que han impulsado recientemente el crecimiento, “incidirán negativamente sobre el ritmo de avance futuro de la actividad”.
Sin olvidar el riesgo exterior, con unas tensiones geopolíticas y geoeconómicas que van in crescendo, y los abultados niveles de endeudamiento público y déficit estructural, que tras la reactivación de las reglas fiscales en la UE exigirán un ajuste anual de alrededor de 0,5 puntos de PIB (unos 7.300 millones) durante siete años, según los cálculos del supervisor, que ayer martes volvió a reiterar por enésima vez la necesidad de poner en marcha “un plan de consolidación fiscal que permita una corrección gradual de estos desequilibrios”, algo indispensable, a pesar de que “dicho plan de ajuste acarrearía, previsiblemente, un grado de dinamismo de la actividad menor del esperado”.
Retos estructurales
Para amortiguar ese previsible impacto negativo, el gobernador del Banco de España aboga por “un paquete de reformas estructurales ambiciosas y las inversiones necesarias para mejorar la capacidad de crecimiento” aprovechando