Telefónica, Ferrovial, Iberdrola y Applus marcan el ritmo del ‘M&A’ español
El regreso de la volatilidad a los mercados en el comienzo de 2024 vuelve a nublar las perspectivas de las fusiones y adquisiciones (M&A), ya que empresas y fondos siguen pendientes de la estabilización de las valoraciones, de los costes financieros y de la situación económica para decidirse a lanzar nuevas operaciones.
Entre los banqueros de negocios existe cierto consenso en que el importe y el número de acuerdos subirá este ejercicio, después de dos años consecutivos de caídas, pero no anticipan un boom como los de 2015 o 2021. Los analistas de MUFG, por ejemplo, prevén una “modesta recuperación” del M&A global, tras un 2023 que solo dejó transacciones por valor de 2,9 billones de dólares, un 20% menos que el año anterior y menos de la mitad que hace dos años.
En España, los expertos en asesorar fusiones también confían en un repunte de la actividad, especialmente tras apreciar una intensificación de las maniobras corporativas al final del año pasado, con pactos como la venta de Vodafone España a Zegona y la salida del aeropuerto londinense de Heathrow por parte de Ferrovial.
Según datos de LSEG, el valor de las adquisiciones de empresas españolas en 2023 se situó en 41.500 millones de euros, un 18% menos que en 2022.
La marcha del M&A español dependerá en buena parte del desenlace de algunas de las operaciones que ya están en marcha y que tienen como protagonistas a grandes nombres de la Bolsa española. El episodio corporativo con mayor enredo es la decisión del Gobierno español de tomar un 10% de Telefónica a través de la Sepi, en respuesta a la irrupción en el accionariado de la operadora de Saudi Telecom Company (STC).
Todavía no está claro cómo articulará la sociedad estatal la compra de esa participación, valorada en 2.000 millones de euros; podría ir comprando en Bolsa o lanzar una oferta pública de adquisición (opa) parcial.
Mientras se resuelve su futuro accionarial, Telefónica sigue con otros proyectos, ya que tiene en marcha una opa sobre su filial alemana para alcanzar el 100% y podría lanzar la búsqueda de un inversor minoritario en su división tecnológica.
El sector de las telecomunicaciones español afronta un año convulso, y no solo por los nuevos socios de Telefónica. Orange y MásMóvil están esperando a recibir el plácet de Bruselas a su fusión, que podría ir acompañado de la obligación de vender activos a Digi. También podría pujar por ellos Zegona, que tiene pendiente de completar la adquisición de la filial española de Vodafone por unos 5.000 millones de euros.
Otro reflejo de la importancia de las infraestructuras tecnológicas es la expectación ante el proceso de venta de Nabiax, sociedad que agrupa los centros de datos de Telefónica
y que ahora tiene a Asterion como principal accionista.
En el último año, otras dos grandes corporaciones españolas como Ferrovial e Iberdrola han pactado o ejecutado diversas ventas de activos, que ahora pueden darles munición para realizar adquisiciones en sus mercados predilectos.
La constructora presidida por Rafael del Pino acordó el mes pasado el traspaso de su 25% en el aeropuerto de Heathrow a Ardian y al fondo saudí PIF. El mismo grupo también podría vender su 50% en otros aeropuertos regionales británicos, y negocia vender diversos activos al dueño de Ikea. En paralelo, la empresa prepara su debut en el Nasdaq, lo que podría facilitarle más liquidez todavía para potenciales adquisiciones, con Estados Unidos como objetivo prioritario.
Iberdrola, tras acordar la venta de participaciones minoritarias en grandes proyectos renovables a inversores Masdar y el fondo soberano de Noruega, ha desechado la adquisición de la eléctrica estadounidense PNM Resources, con lo que cuenta con una caja abundante para posibles compras e inversiones orgánicas.
En el mismo sector, Endesa está también vendiendo participaciones en proyectos solares, mientras que Repsol y Naturgy siguen atentas a posibles adquisiciones para crecer en el negocio verde.
Otro grupo con un balance preparado para adquisiciones es ACS, que el año pasado cerró el traspaso de Cobra y ahora va a sacar a la venta su filial de servicios Clece.
Fuera del Ibex, una batalla corporativa que debe resolverse en 2024 es la guerra de opas por Applus, por la que pujan Apollo Global Management y un consorcio de I Squared y TDR. El periodo final de aceptación será abierto por la CNMV cuando los oferentes tengan las autorizaciones pertinentes, y en esa etapa podrían mejorarse las propuestas, que ahora rondan los 2.000 millones de euros (incluida deuda).
La disposición de los rivales a mejorar o no sus ofertas será una clara señal del estado del mercado de M&A en España.
Si los precios suben en la ronda final de la batalla, reflejarán un aumento del apetito por el riesgo y de una mejora en los mercados de financiación. Y podrían animar la posible opa por Talgo.
Precisamente, de la apertura total de las vías de captación de crédito depende el que los fondos de capital riesgo puedan lanzarse procesos de venta que esperan los inversores, como los de Maxam (propiedad de Rhône Group) o de Port Aventura (de Investindustrial). Otras firmas como Hotelbeds, Tendam o Cirsa podrían salir a Bolsa si baja la volatilidad.
Fuera de España, el mercado está pendiente de los movimientos accionariales en Mobico (grupo británico de transporte propietario de Alsa), donde la familia Cosmen ha elevado su posición al 20%.
La Sepi debe decidir cómo compra el 10% de Telefónica, en Bolsa o mediante una opa parcial
Tras las ventas de activos, grandes grupos del Ibex cuentan con liquidez para adquisiciones