Un ecosistema de crecimiento diverso
Este mes de marzo hemos vuelto a publicar nuestra lista de los 100 emprendedores del año, ya es la tercera vez que lo hacemos. Volvemos a insistir una vez más: no se trata de un ranking. Lo que estamos construyendo es una comunidad en la que los miembros puedan interactuar entre sí y también con quienes aún no forman parte del listado. La filosofía es clara y encaja con el propósito de nuestra publicación: fomentar el encuentro, compartir intereses y prestar ayuda mutua. En definitiva, construir entre todos un ecosistema emprendedor más robusto.
La elaboración del listado es un reto apasionante. En esta ocasión, hemos puesto un especial foco en distinguir a los emprendedores que destacan por su impacto en la sociedad. Ya están contribuyendo de manera notable al progreso en el amplio sentido de la palabra y durante este 2024 estamos seguros de que van a hacerlo aún más.
Si hacemos el ejercicio de observar cómo son los escogidos de este año, lo cierto es que la diversidad es muy notable. Hay emprendedores nuevos y también emprendedores que llevan bastante tiempo siéndolo.
Además hay emprendedores jóvenes y veteranos. Esto no es redundante con lo dicho en el párrafo anterior. Cada vez es más fácil encontrar emprendedores jóvenes con un recorrido empresarial profundo y diverso.
Al mismo tiempo, las personas que se deciden a emprender por primera vez superando los 50 años de edad son cada vez más numerosos y cada vez más ambiciosos.
Este fenómeno es también un signo del cambio de mentalidad de nuestra sociedad. Con más de 50 años, la esperanza y la calidad de vida es muy alta. No hay motivo ninguno para no ser ambicioso a largo plazo.
Además de esto, la conexión entre los emprendedores se hace cada vez más por los intereses que ellos tienen. En las sesiones que organizamos con los miembros de la comunidad saltan chispas con la energía que se desprende. En ningún caso vemos diferencias entre edades ni procedencias.
Evidentemente, tampoco en lo relacionado con el género. Las emprendedoras españolas tienen un alcance y un impacto tan sólidos que están imponiendo la igualdad por la fuerza de los hechos. La brecha que aún existe se va a estrechar a marchas forzadas en un periodo de tiempo corto. Las transformaciones son cada vez más rápidas.
El crecimiento del ecosistema emprendedor español es, no nos cabe duda, muy sano y muy consistente. Es un crecimiento exponencial en algunos ámbitos y lineal en otros. Para representarlo de manera gráfica, podríamos pensar en varias manchas de aceite creciendo al mismo tiempo y de manera coordinada.
Lo que es indiscutible es que es más diverso y más inclusivo que nunca. Esa es una diferencia importante. Es también una fortaleza muy destacable y muy propia de nuestra cultura.
Al crecimiento de nuestro ecosistema hace falta ponerle un nombre nuevo. Lo seguro es que es más diverso que nunca