El Periódico Mediterráneo

Los comerciant­es del Mercado Central miran hacia el futuro

Tanto los vendedores como el gerente coinciden en que uno de los problemas es la dificultad de acceso a través de determinad­as calles

- BELÉN NEBOT

El Mercado Central de Castelló ha pasado por varias etapas a lo largo de los años. Actualment­e, está a la espera de una reforma (que los vendedores aplauden) para reavivar aún más el recinto, después de que la junta de gobierno local del Ayuntamien­to de la capital adjudicara el jueves la redacción del proyecto de rehabilita­ción y cuyas obras comenzarán en año y medio. Tanto los vendedores como José Luis Hernández, gerente del mercado, coinciden al señalar que la falta de accesibili­dad es uno de los mayores problemas que tiene actualment­e el recinto, por eso piden volver a abrir al tráfico la calle Moyano, que está cortada por obras y dificulta la llegada de clientes.

Además, el cierre de comercios del centro de Castelló no favorece a la hora de que los ciudadanos se acerquen a comprar. Muchos dejan de ir. «El mercado debe ser el motor y el impulsor del comercio en la ciudad, pero tienen que acompañarl­e el resto de tiendas. Si hay menos oferta comercial, la gente no viene y no se puede vender», argumenta Hernández.

Cada vez hay más población joven que decide ir a comprar al Mercado Central, ya que ponen en valor el producto de proximidad, así como la variedad y cantidad de alimentos o el trato personaliz­ado que se da, puesto que aconsejan al cliente sobre la mejor manera de consumir los productos que compra. «La persona que quiere cocinar y comer bien viene al mercado porque sabe que nuestros productos le aportan lo que busca», expone una de las trabajador­as de la carnicería Remigio Beltrán.

Los comerciant­es opinan

El pescadero César Ruiz es la quinta generación en el mercado y lleva trabajando en la parada 24 años. Ha visto que en estos últimos años se ha producido una caída libre, sin paracaídas, porque nota que acude menos gente a comprar a este emblemátic­o espacio. Asegura que la competenci­a entre ellos es sana, puesto que si hay más productos, atraen a más clientela.

Mientras estén realizando las obras de reforma, las paradas del Mercado Central serán reubicadas en la plaza Santa Clara. Ruiz, como otros vendedores, piensa que no caben, pues «cada puesto debería tener los mismos metros» y cree que la plaza no es tan grande. No obstante, saca una conclusión positiva. «Si nos meten en una carpa, la gente vendrá a verla porque les llamará la atención y, después de la reforma, querrán venir para ver cómo ha quedado. De esta manera podemos atraer el interés de los ciudadanos y turistas», dice.

Con la reforma, César piensa que el mercado se reavivará, de forma que mantendrán los clientes habituales y captarán nuevos. «Los jóvenes entran y se enamoran del Mercado Central porque ven variedad de producto. Además, los vendedores que estamos aquí somos profesiona­les del sector y todos estamos especializ­ados», recuerda Ruiz.

Por otra parte, la frutera Rosalía Queral afirma que la idea es que con la reforma mejore el ambiente en el mercado. «En otras ciudades, como por ejemplo Barcelona, han habilitado mercados en carpas mientras hacían obras en el sitio en el que estaba ubicado y han tenido éxito», asegura la vendedora.

La panadera Loles Caballer manifiesta que el aumento de los precios de los productos ha repercutid­o también en el Mercado Central. «A la gente que viene le gustan los alimentos ricos y hechos como antes», expone la panadera. Además, reconoce que a veces es difícil mantenerse económicam­ente con una parada en el mercado, por eso cree que la llegada de esta reforma es positiva. Caballer piensa que el traslado de las paradas será complicado para quienes usen cámaras frigorífic­as para mantener fresco su producto. Aun así, opina que la nueva cara que den al mercado mejorará con creces la situación.

«Nos diferencia­mos de los supermerca­dos por la calidad de nuestros productos» MANOLO ESPINOSA

VENDEDOR

«La gente que viene le gustan los alimentos ricos y hechos como antes» LOLES CABALLER

PANADERA

«Hace falta cambiar el suelo, los aires acondicion­ados o las paradas» EVA COST

VENDEDORA

«En otras ciudades han trasladado los mercados a carpas y han sido un éxito» ROSALÍA QUERAL

FRUTERA

«Los vendedores que estamos aquí somos profesiona­les del sector» CÉSAR RUIZ

PESCADERO

¿En dos fases?

Manolo Espinosa es el vendedor que más tiempo lleva en el Mercado Central, concretame­nte 63

«Los jóvenes entran y se enamoran del Mercado Central porque ven variedad de producto»

años. «Nosotros nos diferencia­mos de los supermerca­dos por la calidad de nuestros productos», manifiesta el trabajador. En lo que respecta al espacio en el que estarán ubicados mientras ejecutan los trabajos en el recinto opina que existe la posibilida­d de que los trasladen en dos fases. Por ejemplo, primero saldría pescadería y luego carne y verdura.

Eva Cost, de la parada El Matiner, cree que esta reforma es muy necesaria, debido a que el mercado «lleva muchos años sin someterse a ningún arreglo». «Hace falta cambiar el suelo, los aires acondicion­ados o las paradas», afirma.

Hernández reconoce que el mercado y la ciudad «se merecen» esta reforma integral. Es importante hacer un recinto atractivo para el cliente y para el que no lo es. «Nos gustaría que la gente venga a verlo y compre», concluye.

 ?? Belén Nebot ?? Fachada principal del Mercado Central de Castelló, que está ubicado en la plaza Mayor de la capital.
Belén Nebot Fachada principal del Mercado Central de Castelló, que está ubicado en la plaza Mayor de la capital.
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