El 112 alerta del «efecto llamada» por la «moda» de tirarse de acantilados
El servicio del SAMU en Castellón recuerda que entre el 1 de mayo y el 10 de julio han fallecido ahogadas en la provincia ocho personas, dos en piscinas
Tirarse al agua desde un acantilado «se ha puesto de moda». Así lo advierte María Pilar Sierra Gil, médica del SAMU Alfa 12 de Segorbe. Las redes sociales han contribuido a que así sea, lo que incrementa de manera exponencial los peligros a los que ya de por sí hay que hacer frente cada temporada estival.
El mar es, con diferencia, el espacio lúdico preferido en verano, pero disfrutar del agua sin las debidas precauciones puede tener consecuencias nefastas. La doctora Sierra incide en que entre el 1 de mayo y el 10 de julio de este año, en la provincia de Castellón ya han muerto ahogadas ocho personas. Una de ellas, un adolescente que quiso hacer el reto de ver cuánto tiempo podía aguantar sin respirar bajo el agua. Un juego que acabó en tragedia.
Sobre los riesgos y la prevención, María Pilar Sierra detalla: «A veces pensamos que el hecho de no saber nadar es la principal factor, aunque en realidad, muchas de las personas que se ahogan sí saben nadar, pero igual se están bañando solas y si sufren un simple mareo o un desvanecimiento, no hay nadie para socorrerlas».
Recuerda que «solo con 40 centímetros de profundidad, una persona ya se puede ahogar si cae al fondo», de ahí que insista en que lo más sensato a la hora de bañarse es no hacerlo solo. Más si cabe cuando se trata de menores, «han de estar vigilados constantemente por un adulto; un despiste de unos segundos puede resultar crucial».
Las temeridades son un problema serio. La doctora del SAMU de Segorbe dice que «lanzarse desde acantilados o puentes está de actualidad», especialmente entre los más jóvenes, que «se retan y cuelgan sus saltos en las redes sociales» lo que se convierte en «un efecto llamada» para LAS personas que «buscan emociones fuertes o un mayor número de likes » en sus perfiles. Considera que «saltan desde el desconocimiento del verdadero peligro que corren de sufrir daños irreparables». Precisa que «las lesiones más comunes pasan por simples roturas de huesos hasta daños en la médula espinal, que pueden causar parálisis temporal o permanente, e incluso la muerte», indica. No menos incauto es bañarse con bandera roja. Sierra es categórica al afirmar que «una bandera roja informa de que no está permitido el baño», y no cabría ningún matiz.
Por lo que respecta a zonas de baño especiales, como pozas o pantanos, señala que «siempre hay que bañarse en aguas que estén correctamente señalizadas, autorizadas y cumpliendo normas de autoprotección». Y es que el peor enemigo es «el exceso de confianza». Explica que «la flotabilidad es menor al tratarse de agua dulce», y en estos entornos se da otra particularidad, «a 50 centímetros de la superficie, el agua suele estar caliente, pero por debajo discurren corrientes frías que pueden generar un shock térmico».
Avisos en Castellón
La doctora Sierra resume que hasta el 10 de julio, en la provincia de Castellón «ha habido un total de 21 avisos por accidentes acuáticos» en los cuales han fallecido ocho personas y 13 fueron estabilizadas y trasladadas al hospital. De ese balance, tres incidentes fueron en piscinas, con dos menores y un adulto. Recuerda que uno de esos menores fue el que murió practicando el juego de la apnea. El adulto también falleció.
En la práctica totalidad de los casos de ahogamiento, los servicios sanitarios no están en la zona del suceso en los instantes inmediatos a sacar a la persona del agua. Ante la posibilidad de encontrarse en una situación así, Sierra explica que «es muy importante mantener la calma». Hay que buscar a un socorrista, pedir ayuda y avisar al 112. «Dar correctamente la ubicación es vital para que los recursos lleguen en el menor tiempo posible». Saber reanimar a un ahogado no es fácil, pero «puedes dejar el teléfono en manos libres para que un profesional sanitario del CICU vaya dando instrucciones de cómo hacer la RCP básica hasta que lleguen los recursos sanitarios».
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