Vox defiende la continuidad de la presidenta del parlamento valenciano mientras Mazón deja caer que debería renunciar
Vox se ha acogido a la literalidad de las palabras de Santiago Abascal y así como el jueves por la noche asumió y ejecutó la salida de sus representantes en el Consell, a pesar de evidenciar su desagrado por la idea, ahora mantiene que la ruptura de los pactos de gobierno con el PP afecta exclusivamente a eso, a los gobiernos, y que en esa ecuación no entran los presidentes autonómicos. O dicho de otra manera: que Llanos Massó se queda como presidenta de Les Corts.
«Abascal ha dicho que unas cosas son los gobiernos y otra las instituciones y considero que ha sido elegida por la mayoría y tiene todo el derecho a seguir ahí», expresó ayer el síndic de Vox, José María Llanos, para defender la continuidad de su compañera de grupo, que se mantendrá como la única voxista con un cargo institucional autonómico tras la ruptura del gobierno, un altavoz que la formación no parece querer perder.
La propia Massó habló ayer pero sin mención alguna a su situación sino simplemente culpando al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sobre la crisis generada con Vox y la consiguiente ruptura de los gobiernos autonómicos. Sin embargo, al ser preguntados en la formación dan por hecha su continuidad, aislando su decisión de la tomada por los representantes en el Consell que, por otra parte, tampoco tuvieron mucho margen de maniobra ya que fueron destituidos por Mazón inmediatamente después del anuncio de Abascal.
La continuidad de Massó, aun así, no acaba de convencer al PP. No hay una petición directa y difícilmente la habrá porque tras la salida del Consell de Vox (motivada por una decisión de Santiago Abascal en Madrid) lo que tampoco quieren es abrir un enfrentamiento con el partido a nivel valenciano, al que todavía necesitan, aunque los mensajes van en la línea de enseñarle la puerta.
En esos signos están las palabras de Mazón en su comparecencia matutina en la que, al ser preguntado por la situación de Massó, apuntó a que la «coherencia» es un asunto «individual». No incidió ni pidió una dimisión, pero el mensaje queda resonando de fondo y ahí seguirá porque pese a que Vox se vanagloriaba ayer (incluso la propia Massó) de no anteponer sillones a principios, la presidenta de la cámara se aferra al suyo.
Y es que sin renuncia de Massó no habrá cambio posible. De ahí que tampoco el PP busque hacer mucho ruido porque sería toparse con un muro que solo podría generar más que enfado en Vox. La castellonense está prácticamente blindada en la presidencia de Les Corts y, salvo giro inesperado, Massó seguirá en un cargo que ahora verá elevada su función de ariete.
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